Lazos filiales
En el segundo día de lecturas en el 13 Festival de la Joven Dramaturgia se presentaron dos obras que toman como pretexto la relación filial para hablar de conflictos de identidad e individualidad, Un día perfecto de Lucero Troncoso y Mitad tú, mitad yo de Jimena Eme Vázquez.
Me cuesta mucho trabajo hablar de Un día perfecto, me parece que es una búsqueda muy atropellada. Al principio de la obra se iban dibujando personajes en fragmentos potencialmente entrañables, historias cruzadas que iban tejiendo una historia más amplia que abarcaba muchos temas y la autora no sostuvo ese ritmo. Después de 15 minutos, ni en la historia ni en los personajes había nada nuevo, algo muy grave en una obra con una duración de más de hora y media en lectura, que dicho sea de paso, la lectura no ayudó. La lectura borró por completo el aspecto onírico de la obra, que resolvía el cambio de tiempos, espacios y que los personajes fueran interpretados por los mismos actores.
La segunda lectura del día, Mitad tú, mitad yo, salvó el día de ayer. Una obra sencilla y bella, con una lectura también sencilla y bien interpretada. Una obra sustentada en la palabra que narra un mundo exterior que apenas se vislumbra. Un pueblo detenido en el tiempo que guarda un secreto, pero al pueblo no lo vemos. El año pasado, Jimena participó con otra obra, Trigal, y es un gusto ver el crecimiento de la autora.