Escapes de azotea
Mauricio Orozco
«Hay que escapar por los tejados hacía el sol. Nunca habrá un muro entre el sol y la tierra»
Debo decir que me siento atraído por las piezas teatrales que apuestan por espacios diferentes, por exploraciones ligadas a una apreciación diferente que permita un desarrollo fresco de la narración, siempre y cuando tenga una relación y relevancia con el discurso.
Proyecto Zucco de Cuauhtémoc Vázquez hace una apuesta a la re-interpretación de la historia del multi asesino italiano Roberto Zucco, a partir de una unipersonal intervención escénica que deja caer su fuerza en la acción física y la intensidad de los diálogos que dejan entrever un maravilloso texto que surge de la mezcla explorativa del personaje de Bernard-Marie Koltès y Cedric Khan.
Paulo Aguosal da vida a Roberto Zucco y a todos los demonios que conviven en su mente, otorgando una interpretación intrépida y llena de pasión que mantiene al espectador bajo la intensidad de sus movimientos y los diálogos que cobran sentido a partir de la mezcla multimedial de la que hace uso para reforzar un, de por sí, agobiante relato.
El escenario no es más que una azotea con un muro derruido que se envuelve entre techos, torres de departamentos y unas iglesias que enmarcan el horizonte. La obscuridad y el viento le otorgan dramatismo al espacio. Paulo interactúa con el espacio de forma que se transforman entre sí, ayudados de pocos elementos que enfatizan las acciones, cobrando así mayor importancia.
A pesar de los grandes momentos que ofrece la actuación y el mismo texto. Se percibía una repetición de acciones y un alargamiento del tiempo que se rellenaba a partir de elementos que no se explican con claridad y tampoco generaban una relevancia sustanciosa en la narración. Lo cual provocaba que la obra por momentos se volviera tediosa y forzada, quitándole la relevancia al final.
Otro elemento desafortunado fueron algunas fallas técnicas que se iban presentando en la función; desconexiones del video, malos volúmenes de audio y manejo desarticulado de las luces. En primera instancia tratábamos de entenderlas como parte de la pieza, pero que según fue avanzando la obra se hicieron cada vez más evidentes las fallas, sin poder evitar las distracciones y el desconcierto del público.
En términos generales, considero que la obra tiene todo para ser una pieza maravillosa. Ya que cuenta con un texto muy bien logrado, un buen manejo del espacio, una excelente actuación y una forma creativa de presentarse frente al público. Sin embargo, se siente un descuido que provoca que no llegue de forma total el impacto que se busca, por lo que asumo (y espero) que sea parte del proceso de experimentación que busca el grupo Colectivo Mi Perro con Proyecto Zucco.