Tu piel vuelve a mi boca, la poesía en el teatro
En el cuarto día de la Muestra Estatal de Teatro, se presentó Tu piel vuelve a mi boca, una selección de poemas eróticos de Gáspar Aguilera, puestos en escena por la Compañía Foro 4.
Esta obra es una sumatoria de momentos escénicos sobre una poesía que aborda diferentes posturas o apreciaciones de lo qués y cómos del sexo, los encuentros y las relaciones. Así, nueve actores en escena se turnan para representar y decir los poemas bajo la dirección de Sergio Camacho.
La propuesta visual se compuso por telas (como decoración e incluso para la acrobacia aérea en algún momento), luces blanqui-rojas, una enorme cruz al centro, y un sin número de trozos de papel, que seguramente es su manera de evocar a la poesía en papel. Con ello el manejo de los semi-desnudos o desnudos completos y las escenas eróticas logran trascender lo grotesco, morboso o agresivo.
Sin embargo, esta propuesta se queda en la recitación de la poesía y algunas imágenes interesantes, pero no logra dialogar profundamente con el tema de la poesía misma. ¿Las posibles causas? La más patente fue la limitada interpretación de los actores, que en general no llevaron más allá las imágenes de las que está plagada la poesía en sí misma, ni al momento del decir, ni en su pasaje por el cuerpo.
El uso de la iluminación y el espacio acentuaba la distancia entre un cuadro y otro, entre una poesía y otra, pero fortalecía también la ruptura del espectáculo como unidad que dialoga con el tema.
¿Es acaso que la poesía llevada a escena no puede dialogar con el espectador de una manera profunda como sucedería con un texto dramático?