En mis 50 años como periodista de la cultura debo haber publicado un mínimo de 5 mil textos de todos los géneros periodísticos, sin embargo, sólo conservo los que guardó Margie Bermejo en una bolsa de plástico y no pasan de 30 títulos. Entre ellos está, El Teatro del Placer, una extraña biografía familiar que la ficción convirtió en una fantasía erótica. Ahora me asombra que esta historia profana se publicara como lectura dominical en un diario de circulación nacional entre diciembre de 1989 y enero de 1990. Eran los días gloriosos de La Jornada. Paradójicamente, aquello que fue un desafío a la moral dominante hoy corre el riesgo de ser reprobado por los defensores de la corrección política. Como sea, esta narración contiene el núcleo de mis obsesiones personales y periodísticas, de manera que no encuentro mejor manera de festejar mi medio siglo como hombre de tinta.

Fernando de Ita