Chuayffet no es Vasconcelos
Fernando de Ita
México fue el primer país de Iberoamérica en asumir el derecho público a la educación como una norma superior de sus leyes, y obró en consecuencia. Con el cinco por ciento del presupuesto que se dedica actualmente al círculo virtuoso de la producción artística, aquellos caudillos culturales, como felizmente los bautizó Enrique Krauze, sentaron las bases para la sensibilización de la élite y las masas, porque antes de fundar el Instituto Nacional de Bellas Artes, varios de nuestros grandes artistas hicieron la legua en las míticas jornadas culturales de José Vasconcelos.
Por ello causa grima, pesar, consternación, resentimiento, que el PRI regrese a las consultas retóricas de antaño para hacer el Plan Nacional de Desarrollo, en éste caso sobre cultura, sólo para cubrir el expediente, porque salta a la vista que don Emilio Chuayffet no es Vasconcelos, es decir; no tiene la visión de un humanista sino la de un político priista, como lo muestra la designación de Raúl Cremoux como director de Canal 22, la única televisión cultural del país. Lo triste es que artistas de la talla de Mario Lavista y Arturo Márquez le den, con su buena voluntad, cierta justificación a un ejercicio meramente mediático, meramente discursivo. De qué otro modo se puede interpretar la siguiente frase del Secretario de Educación: El Estado y los intelectuales no deben tolerar que se burocraticen los instrumentos de fomento y apoyo a proyectos culturales, estos no pueden ser monopolio de las élites y patrimonio de unos cuantos. Si le tomáramos la palabra, tendríamos que incendiar la SEP y el CNCA para evitar la sofocante y absurda burocracia en educación y cultura, que es el cáncer del sistema. Pero eso sí, cuando Lucina Jiménez le argumenta que se debe involucrar a los municipios y a los estados en la conformación de las políticas culturales de la federación, el secretario responde que para ello haría falta una reforma hacendaria: ¡más burocracia!
Habría que discutir si los cuatro ejes rectores que Rafael Tovar, titular del CNCA, propone como la palanca de Arquímedes de la socialización de la cultura, pueden cumplir esa tarea. Por lo pronto, ante la faramalla priista, se antoja ser más radicales en educación y cultura. Como los padres de familia que ya están educando a sus hijos en casa con mejores resultados que en la educación formal, habría que regresar a los griegos en materia de arte. Cerrar todas las escuelas para que los verdaderos maestros regresen al Ágora a preparar a los jóvenes interesados en las obsesiones del hemisferio cerebral derecho. En esta dinámica, sólo los verdaderos educadores tendrán algo que enseñar, y sólo los verdaderos aprendices tendrán algo que aprender. Porque no habría licenciaturas, ni maestrías, ni doctorados, ni año sabático, ni canonjías académicas; sólo resultados tangibles. Con los miles de millones de pesos que se ahorraría el sistema educativo y cultural, se podría sostener honorablemente a la reducida élite de maestros y alumnos, y becar a cientos de miles de ciudadanos para que le den rienda suelta a la imaginación y la creatividad. Al cabo del sexenio tendríamos un país de gente culta, en el sentido más amplio y noble de la palabra. Estas son las propuestas que jamás se escucharán en los falsos, faraónicos foros del partido en el poder.
Imágen: http://colectivo-contracultural-liberarte.blogspot.com