Ser visto como un dios ateo (única respuesta)
Enrique Olmos
Mi única respuesta (intentaré no replicar más sobre el tema) para la gran mayoría de personas que han opinado sobre mi nota “Ser visto como un dios” que publicó la revista Replicante hace más o menos un mes, en su última edición, es la siguiente:
1.Antes que nada quiero hacer una aclaración. Escribí la crítica por encargo de Rogelio Villarreal, editor de Replicante, por lo tanto el texto es absolutamente de mi autoría, no le pertenece ni a Rogelio Villarreal (como se rumorea) ni mucho menos a Fernando de Ita.
2.Coincido con Martín López Brie: ¿Por qué México necesita una compañía nacional de teatro, y por qué si existe nos tiene que costar tan caro un solo proyecto, adornado con tanto lujo en un país que padece una crisis económica tan brutal y groseros recortes a la cultura y el arte? Ese es el principal cuestionamiento, ¿y por qué Luis de Tavira es el director artístico? A un año de la refundación de la CNT ¿Sus resultados son satisfactorios? ¿Ser es ser visto es la muestra de los alcances de este nuevo proyecto? Parte de mi texto trataba de ahondar en esas pesquisas, con mayor o menor fortuna, talento o puntería, cada quien tiene y tendrá su opinión. Resulta curioso que el mejor teatro en nuestra lengua (el argentino, sin duda) no tenga una millonaria compañía nacional de teatro, en cambio goza de público, interés, crítica, multitud de grupos en el exterior y un reconocimiento a sus múltiples pedagogías. No hay “una figura”, ni se quiere tener. Al ser un estado/nación relativamente joven (como el nuestro) no tienen esa carga pesada y obsoleta de “compañía nacional” (concepto eurocentrista derivado, en nuestro caso, del imperialismo español) que sólo sirve para reforzar el chovinismo como si el teatro se tratara de la selección de futbol. ¿Por qué en México hace falta una CNT? ¿O será que no hace falta pero necesitamos, de tanto en tanto, sentir que el teatro es un deporte y Tavira es nuestro Javier Aguirre? ¿Hasta en el teatro tenemos que ser tan profundamente nacionalistas que perdemos el sentido crítico y eso nos cuesta por lo menos 18 millones de pesos del exiguo presupuesto teatral (más de la mitad del mismo, dicen)?
3.Y si el capricho es sentirnos “una nación teatral con todo y una súper compañía de teatro” pues que se haga con la mayor transparencia y democracia posible, como bien dice Esteban Castellanos. Sin el tufo centralista y burgués que evidentemente tiene el proyecto.
4.No creo, como Luis Mario Moncada y Fernando de Ita, que se pueda separar la figura de don Luis de Tavira del proyecto de la Compañía Nacional, porque evidentemente está fundado (el concepto y la propuesta de producción) a partir de su proyecto artístico personal, que no es nuevo. Como bien apunta un amigo, ahora resulta que la Casa del Teatro, San Cayetano y el CEDRAM son escuelas y compañías diferentes. Curioso que todas cuentan –hoy como siempre- con amplísimos presupuestos públicos e implican casi siempre a la misma gente, incluidos su hijo, sobrinos y amigos. ¿Eso no es cacicazgo?
5.Aquí me surgen dudas que no voy a responder porque no tengo ni tiempo ni vivo en México para investigar a fondo, pero un reportero cultural ávido podría crear un buen material. ¿Quién eligió a Julián de Tavira para que también sea parte de la CNT? ¿Fue a través del FONCA? ¿Cuál ha sido la recaudación neta de la CNT en todas sus obras? ¿Cuál es el criterio para designar a Phillippe Amand el escenógrafo de casi todas las obras? ¿Cuánto cuesta la producción y no sólo la nómina de la CNT? ¿Y el mantenimiento de la sede? ¿Por qué un creador emérito como Luis de Tavira sí puede recibir un apoyo externo del FONCA (al final de ahí sale parte del dinero) y un miembro del SNC no puede cobrar honorarios en un proyecto de Coinversiones culturales del mismo FONCA? ¿Cuánto ha gastado la CNT (en pesos) por cada espectador de sus obras? ¿De qué partidas presupuestales sale el dinero de la CNT? Recomendaría además sumar las sabias preguntas que LM Moncada lanzó en facebook y que pido reproduzca en un artículo
6.Sobre lo escrito por el señor Cazes: sencillamente me quedé atónito, no sólo porque procede como un devoto (¿O vocero presidencial?) que corre a defender una figura patriarcal, también porque anula la crítica y me invita a un debate serio antes de llamarme ingenuo e ignorante, ¿Por qué? ¿Sólo porque el señor no está de acuerdo con mi opinión? Ahora resulta que los críticos somos esclavos de los inconformes y tenemos que sentirnos culpables por hacer nuestro trabajo. Esta actitud, de seguir negando la crítica como motor del pensamiento colectivo y en cambio llamarme “ultra” es inadmisible para, justamente, debatir. No puedes debatir con alguien que descalifica que exista tu opinión o que sencillamente existas. Soy ultra, pero cuando juega el Pachuca, por suerte sé distinguir entre una pasión furibunda y la defensa argumental de un ejercicio metódico fundado en fuentes de opinión comprobables. Cazes ejemplifica buena parte de nuestra sociedad (mexicana y teatral): la ausencia de pensamiento ilustrado (siglo XVIII) en el imperio español nos dejó la crítica como desconfianza, como ataque, como vituperio, no como obra creativa, pretexto para compartir ideas. Una pena además (esto lo escribo como teólogo o mejor dicho como laico Lic. En ciencias religiosas) que compare a Luis de Tavira con Goliat (así se escribe en castellano) y fabule al respecto, ¿acaso quiso defender la figura del maestro comparándolo con un soberbio gigante guerrero filisteo que murió al recibir un golpe con una piedra, arrojada por un niño, y cuya muerte hizo que los filisteos perdieran la guerra con el pueblo hebreo? Menudo favor le ha hecho.
7.No niego que el maestro Luis de Tavira sea un hito en el teatro nacional (mi nota no toca ese punto). Su trabajo como director de teatro y como pedagogo es fundamental, incluso como teórico es significativo no sólo en México, en el amplio espectro de nuestra lengua. Eso es innegable. ¿Acaso eso lo hace intocable? Si ni siquiera Carlos Fuentes, Sergio Pitol, Monsiváis, Sebastián, González de León o Vicente Rojo lo son, ¿por qué Luis de Tavira que trabaja mayoritariamente con presupuestos públicos no puede ser cuestionado? Lo cierto es que para mi generación (los nacidos en los ochenta) Luis de Tavira no es el director de escena brillante que “nos cambió la vida” (según muchos de los dramaturgos y directores de escena con los que he conversado), justamente mientras nosotros aprendíamos a hablar o jugar a la pelota, incluso antes, Luis de Tavira ya había renovado la escena nacional. Sin embargo, cuando nos llegó la hora de ver su trabajo (desde Santa Juana de los mataderos en el Julio Castillo, en el 2001) hasta ahora no hemos tenido la misma revelación de otras generaciones, quizá por eso nos lanzamos con mayor ánimo hacia la crítica. Personalmente no encuentro en el trabajo de Tavira el deslumbramiento de Los Justos de Margules o El doliente designado de Gurrola. Lo siento, ¿ahí está mi pecado?
8.Finalmente me cago en dios. En todos los dioses posibles e imaginables porque creo que es una forma de mantener a la sociedad idiota, pero esta diarrea es personal y me la guardo. No sé que leyó el maestrazo Braulio Peralta para suponer que yo censuro el credo de Luis de Tavira o sus congéneres. Me da igual el sistema de supersticiones que hayan articulado para vencer el miedo a la muerte o a la vida, o lo que sea. Pero es innegable que en su método de trabajo y puestas en escena hay una carga culposa, derivada de su credo, el cristianismo y si sumamos a eso que muchos ven al maese Tavira como un sacerdote (no es el único en el teatro mexicano que parece oficiar dentro de una secta) y por lo tanto lo protegen de la rendición de cuentas y la trasparencia por cuestiones casi dogmáticas, ahí está el título de mi texto: “Ser visto como un dios”.
Simplemente agradecer a la gente que se tomó el tiempo para responder, criticar o solidarizarse con mi opinión. Agradezco la vehemencia de unos y otros, creo que es sano para el gremio en general el debate.
Pd. ¿Qué me gusta polemizar? ¿Qué me van a vetar y odiar durante años algunos ilustres de la escena mexicana? ¿Qué estoy loco? Sí, seguramente, pero sólo se vive una vez.