El cierre de la MET Michoacán
La última jornada de la Muestra Estatal de Teatro de Michoacán 2015 se conformó con dos obras que se sitúan en los extremos del gran abanico que se presentó en esta MET: Leviatán del Colectivo Luna Llena y No controles de La Coregía Teatro Bar.
Leviatán ideada y dirigida por Alba Nava es, a decir del programa de mano, “una invitación para recorrer nuestro monstruos”. El recorrido el literal, pues se presentan siete estaciones, más un prólogo y epílogo, con una duración aproximada de cinco minutos cada una. El público entra en grupos de diez y recorre las estaciones. En cada estación un actor realiza una rutina principalmente corporal y termina con una canción de niños, siempre la misma, que indica al espectador que debe cambiar de estación.
Antes de dar inicio, la directora anunció que sería un recorrido, que no era un espectáculo “tradicional donde el espectador está pasivo” y mientras realizaba el recorrido reflexionaba sobre la pasividad del público. Así como estar sentado en la sala no significa estar pasivo, del mismo modo, deambular por el espacio tampoco implica una actividad o interacción del espectador, me parece una forma muy simplista de pensar la experiencia teatral. De hecho, puedo asegurar que en mi caso me sentí más pasiva que en una sala, pues tenía que moverme hacía donde me indicaran, cuando me lo indicaran y acomodarme de la forma en que debía.
Me parece que hay muchas apuestas en la misma creación y que algunas de ellas se anulan entre sí. Por ejemplo, el hecho de recorrer el espacio con una serie de reglas —por cierto, bien construidas y llevadas a cabo— limita la inmersión del espectador en lo que está presenciando, que es una propuesta contemplativa y sensorial.

No controles
La segunda obra nos lleva al otro lado del espectro, como bien lo dice el nombre del grupo : Teatro bar. No controles, escrita y dirigida por Manuel Barragán, es un juguete escénico, metateatral, donde los personajes son mujeres protagonistas de diferentes tragedias: Lady Macbeth, Medea, Helena de Troya, Julieta y Nora Helmer. Con una anécdota bastante forzada, pero con mucho ingenio, la obra se convierte en un coloquio de propuestas para un México mejor musicalizada en karaoke con temas de los ochenta. Por supuesto, el público se desborda en risas y aquí vale la pena señalar que a pesar de lo forzado de la anécdota por lo menos mezcla referentes para crear esta farsa y no acude (como vimos mucho en esta MET) a imitaciones de modelos de Televisa.
En esta misma MET, Barragán presentó otra obra con otro grupo, Yo soy la Reina Catalina, que tiene un tono completamente distinto, aunque claramente hay una obsesión por las tragedias griegas e isabelinas. Me dio mucho gusto ver un joven creador tan versátil.
Y así llegamos al final de esta Muestra que puso de manifiesto que hay una gran actividad teatral en Michoacán, con propuestas para diferentes públicos, que el público Moreliano no llega muy temprano a las obras, pero que es respetuoso.
En Michoacán, la Muestra no tiene un sentido de concurso, lo cual me parece muy atinado porque promueve más la convivencia, hubieron dos talleres, uno de iluminación y otro de crítica. El de iluminación me parece que fue muy atinado puesto que en general, fue notorio en todas las obras (incluso en las que había propuesta discursiva desde la iluminación, que eran las menos) que hay carencias respecto a la parte técnica de este quehacer. Se trabaja sobre luces especiales y colores, pero no en lograr que se vean los gestos de los actores en todo momento, que es muy importante.
El otro taller, el de crítica, tuve el gusto y responsabilidad de impartirlo. Me pareció que en general la mayoría de los creadores están ávidos de esta réplica sobre su trabajo, lo cual creo es un síntoma de madurez creativa. Del taller nació un blog: http://loscriticables.wordpress.com/ que esperamos tenga una vida productiva, sin importar qué tan larga sea.
Solo me queda agradecer a la MET, por darme la oportunidad de conocer más de cerca el trabajo de los teatristas michoacanos.