Foto de Valeria Loera

La Compañía Teatral del Norte hizo presencia en el XIX Festival de Teatro Universitario (Tijuana 2015), presentando Las bodas de Camacho el Rico de Sergio Galindo, autor, director y actor de tan agradable puesta que ha demostrado que el teatro en verso aún tiene vigencia.

Al abrirse el telón y escuchar los primeros diálogos, formulé un juicio de valor que de inmediato me hizo pensar: teatro en verso, esto será aburridísimo. Pero conforme continúan hablando estos personajes quijotescos, uno se olvida y se deja envolver por el lenguaje melódico y grato. Es así como los actores nos sitúan en esta historia de amores imposibles, bodas forzadas y enredos divertidos. Resaltando especialmente la actuación de Francisco Veru, quién, con gracia y simpatía nos brindó el entrañable y querido personaje de Pánfilo.

La plástica escénica no es espectacular, sin embargo la escenografía movible que simula un bosque cumple su función. Dibuja espacios y crea atmósferas que respaldan el trabajo sobre el escenario. Incluso pareciera convertirse en un personaje más, y como tal, da las gracias al final de la obra junto con los actores, gesto que me parece muy humilde por parte de ellos, pues pocas veces somos conscientes de que un espectáculo es lo que es gracias al conjunto de elementos y no sólo por los intérpretes.

En general, es un trabajo grácil y armónico que se agradece ver.