Sobre Sarah Josepha
Karla Ibarra
Ayer acudí a la inauguración del 13° Festival (al que por tercer año consecutivo asisto). Me dio alegría ver muchas caras conocidas al igual que personas que acudían por primera vez, luego de esperar la entrada al teatro fue aún más grato ser recibida por Luis Santillán. Él, tan sencillo y serio como siempre, se encarga de la dirección técnica del foro y además, da sala al público. Hoy tenía un semblante distinto y no era para menos, haber ganado el Premio de Dramaturgia Manuel Herrera 2015 y ver la lectura dramatizada de su obra causaba gran expectativa en él y en la mayoría de los asistentes, porque como dijo acertadamente Fernando de Ita: “Se lo ha ganado”. Y así fue.
Observé una lectura muy afortunada de la obra, que rebasó mis expectativas de lo que es llevar a cabo una lectura dramatizada por haber dialogado con el texto y hacerlo bastante disfrutable para el espectador. Sarah Josepha es una chica que cursa la preparatoria que es acosada por Wendy, Mireya y Eréndira, las tres chicas más populares y guapas de la escuela, ella las admira y las odia al mismo tiempo; quiere ser como ellas y como la chica del cabello caoba, para conquistar al chico del que se ha enamorado y para ser feliz, respectivamente, pero sólo si tuviera el valor.
Luis crea en sus personajes un universo completamente femenino y adolescente, que no es ajeno para los que lo observamos, tal pareciera que estábamos viendo un caso más del ya muy mencionado bullying en las escuelas, así como los miedos, deseos y frustraciones de cualquier adolescente hoy en día. Ahora bien, la lectura supo hacerle justicia al texto, con un trabajo de ensayos previos que se notaron a la hora de presentarla. Encontré un reparto (Génesis Frías, Maritza Hernández, Rocío Guerrero, Lucero Sinecio, María José Delgado y Fabián Verdín) entregados a la lectura y todo lo que hacían, una Sarah y su mejor amiga que supieron empatar con la historia como si fuera la suya propia; una sincera puesta en escena —porque en momentos así parecía— con símbolos acertados como la tina, el espejo y las caras de pepino, dinámica y con buen ritmo, que sólo a veces decaía por las transiciones de la puesta y los actores con el texto. Sin embargo, fue determinante desde el inicio al final y tanto el texto como la lectura dejaron volar mi imaginación y dejaron en mí un buen sabor de boca.
¡Va un abrazo para Luis y el equipo de su lectura!
15 julio, 2015 @ 6:03 pm
Si el que escribe firmara uno entendería que hable en primera persona, pero que lo haga un anónimo…
16 julio, 2015 @ 7:19 am
Ídem al comentario anterior.
16 julio, 2015 @ 3:46 pm
Perdón, fue problema de la redacción, es de Karla Ibarra. Ahora lo corregimos