Alejandra Serrano

Pato, Muerte y Tulipán fue la segunda obra para niños que se presentó el domingo en el Encuentro. Del grupo Proyecto Perla escrita y dirigida por Haydeé Boetto es una obra, al igual que Una luna entre dos casas, construida con mucha paciencia y silencios. La directora entiende muy bien el humor en la repetición y el juego dentro del mismo juego.

Niños y adultos estaban fascinados con el pato y su amigo. Para mí lo más divertido es el juego de convenciones teatrales, la soltura de los actores y claro, la reacción del público. Daniela Arroio fue acompañada por Alejandro Morales de quien es su primera función, pues está en suplencia de Micaela Gramajo. No he visto la obra con el reparto original, pero la complicidad de Daniela y Alejandro funciona muy bien en la obra, se acompañan tanto como la Muerte y el Pato.

La sencillez de los recursos y su fácil entendimiento por el público hacen olvidar el proceso mental tan complicado que en realidad conlleva la ruptura y cambio constante de convenciones. Ese juego dentro del juego parece ser innato al ser humano, pero también si no se ejercita, si no se estimula nos acostumbramos a las narraciones bidimensionales que achatan el mundo