#FuckTheWorld y #ElCompromisoConLaEscena
Eglón Mendoza
#FuckTheWorld, a cargo de la compañía veracruzana Rima y Drama, llega al 6° Festival de Unipersonales de Xalapa para hacer de su primera experiencia Streaming un compromiso contundente con las jóvenes audiencias y con el quehacer escénico en tiempos pandémicos.
En esta ocasión, hay un par de instrucciones antes de la tercera llamada. Seis cámaras apuntan hacia la escena, así que tienes la oportunidad de mirar, navegar, desde seis perspectivas lo que está a punto de ocurrir. Una vez que todo está claro y no hay dudas sobre cómo utilizar la plataforma, estamos listas para que la función comience. ¡Disfruten!
El oscuro de la escena pronto se ve interrumpido por la protección del hastag que lleva por título la obra. Casi de inmediato, vienen a mi mente los mundos virtuales en los que prácticamente todas las personas hemos encontrado espacio para hacernos de una voz, un oficio o simplemente una forma de existir. Tan pronto como el actor hace su entrada, el recuerdo anterior se difumina, ahora me siento en un concierto de rap. Desde la tarima, junto al Dj, llega el Mike para tirar unas rimas y contarnos sobre su “vida de perdedor». De pronto, todo el conjunto de elementos multimedia, actorales y de dirección, logran llevarnos sin mucho problema a la convención teatral. Imagino entonces que las miradas expectantes ahí reunidas, no podemos escapar de los cuestionamientos a los que el montaje nos lleva: ¿cuáles son nuestras concepciones sobre el éxito? y ¿cómo reaccionamos ante la frustración y los problemas psicoemocionales que la idea del fracaso nos produce?
Debo decir que es la primera vez que no me resulta tediosa la duración de una transmisión-función. Cuando llega el final, la sensación que tengo es clara, una profunda dicha y agradecimiento, tanto como espectador como gente de teatro. Porque a pesar de todo, y más allá de los discursos puristas sobre si esto es o no teatro, puedo decir que #FuckTheWorld reafirma tres aspectos fundamentales para el teatro en estos momentos y siempre: la búsqueda de la reunión, la necesidad de la colectivización, y la apuesta por la transformación de nuestras realidades. El trabajo de la Cía. Rima y Drama, aborda puntualmente un tema urgente: el suicidio en comunidades jóvenes.
En México, el suicidio infantil y adolescente parece no estar recibiendo la atención que requiere, incluso hay voces que opinan que lo mejor es evitar el tema, ya que se piensa que al hablarlo el efecto podría ser otro y las cifras se incrementarían. En cualquiera de los casos, actualmente el suicidio es la cuarta causa de muerte entre personas menores de 18 años. De acuerdo con el INEGI, en 2018 se registraron 641 fallecimientos de personas entre los diez y diecisiete años por lesiones autoinflingidas, y en una década 6,862.
La característica en común, tanto en el suicidio de adultos como en el de infancias y adolescentes, muestra que quienes más lo hacen son los hombres. Quizá es por eso que #FuckTheWorld irremediablemente me lleva (de nuevo) a una reflexión cada vez más recurrente en la escena y en la cotidianidad: ¿cómo estamos trabajando nuestras emociones aquellos que vivimos desde la categoría hombre?
A lo largo del unipersonal, el actor Cheché Coarasa encarna con maestría una serie de personajes que retratan diversas expresiones de lo que “ser hombre” significa en nuestras sociedades, desde la ambición de poder hasta tener que demostrar que las emociones son cosa de seres débiles. Con esto, parece reafirmarse la necesidad de generar espacios para que hombres y demás expresiones de género, retomemos o iniciemos nuestra educación emocional de formas más horizontales y empáticas.
La dramaturgia a cargo de Isabel Quiroz, es el resultado del trabajo de adaptación de unos textos-diarios del actor, que dan como resultado un texto dramático rico y transdisciplinario, en el que la música, a cargo de Mr. Rodríguez, se convierte en un personaje y no en un simple efecto sonoro. La mezcla entre rap y teatro resulta atractiva y eficaz, al momento de transmitir la premisa del montaje. Y si bien es cierto que siguen permeando algunas imprecisiones técnicas, como la calidad del vídeo o el audio, el sabor de boca es el más disfrutable hasta el momento.
Seis cámaras, un Dj, un actor, una dramaturga, un director de escena, un director de cámaras, un productor audiovisual, y la pasión por la escena, es todo lo que se necesita para que la función comience… Esta es tercera llamada. ¡Comenzamos!