A defender el FONCA con los puños, camaradas
- El naco y el discapacitado
Para ser ciertos, no hay sorpresa. En lo dicho, en lo escrito, el Peje siempre mostró desprecio por temas como la cultura y los derechos humanos. Es simpático, tal vez uno de los motivos porque votamos por él, pero realmente es muy naco. Su discurso siempre ha sido cantinflesco cuando se ver obligado a fijar una postura al respecto. Así, cantinflescas, al grado de ofender impunemente a los artistas, han sido las declaraciones del nuevo titular del FONCA, un hombre que llega ahí esgrimiendo como principal mérito ser discapacitado. Este señor Bellatín, como discapacitado, merece todos mis respetos si me lo encuentro en la parada del camión o queriendo cruzar la calle, pero como funcionario, en dos meses ha demostrado ser una basura. Basura de la peligrosa.
El señor Bellatín, en vez de estar promoviendo integrar la seguridad social para los artistas beneficiaros de FONCA, en lugar de pelear porque aumenten los montos y se descentralicen para que lleguen a más artistas y grupos del país, en vez de esto, se ha envuelto en un galimatías donde se escuda en información privilegiada sobre cuchupos que no da a conocer, y mientras pretende vernos la cara de babosos a los artistas con sus enredos, por otra parte da órdenes a su gente para que entorpezca y bloquee los pocos apoyos que ya existen, a fin de mermarlos y a la larga, justificar su desaparición.
Es verdad que el FONCA tiene problemas, es verdad que hay que trabajar en su descentralización y modificar los sistemas de selección, los que hasta ahora, por componerse de los mismos jurados que reciben las becas en otras convocatorias, se ha ido entropizando en algunas disciplinas. Pero hay que reconocer que el FONCA, en sus problemas, también exhibe sus virtudes: es tal vez el órgano público más ciudadanizado de la federación. Sus decisiones, sobre todo las principales: a quién y cómo se le otorgan los apoyos para el arte y la cultura, no las toma un burócrata atrás de un escritorio, sino cuerpos colegiados de artistas, en un sistema tan público que hasta las notas del jurado sobre los proyectos son objeto de acceso a la información pública.
No ha argumento que valga. Si en el FONCA se encuentran de repente creadores que accedieron a apoyos y reconocimientos sin mucho mérito, la gran mayoría hemos recorrido todos los escalones de la meritocracia y trabajamos mucho más de lo que nos piden en los proyectos e, incluso, retribuimos a la sociedad más de lo que nos pide el FONCA sin que eso quepa en los reportes.
Siempre habrá burócratas, como los de la Secretaría de Hacienda, que vean con malos ojos que se destinen al arte y la cultura los dineros que les gustaría usar para armar al ejército contra los ciudadanos. De ellos se entiende, son contadores cuentachiles. Pero que el mismo director de FONCA se ponga de su lado, es inconcebible. De nada sirve mandar cartas al Peje o a la ONU, lo primero que tenemos que hacer, es pedir que destituyan a este señor Bellatín del FONCA, y que si tienen algún compromiso político con él, ya sea por su postura política o por su discapacidad, lo reasignen como notificador del SAT, que es el lugar en el que debería estar.
Artistas y promotores, no podemos dejar que nos sigan ofendiendo, defendamos el FONCA con los puños, con ambos.
EL ARTE DE LA INSIDIA (Primera parte) – Paola Aimée
13 marzo, 2019 @ 1:41 pm
[…] Enlace de la nota en Teatro Mexicano del 22 de febrero de 2019 […]
Algo huele a podrido en el Fonca - Somos el Medio
2 abril, 2019 @ 6:33 pm
[…] Sobre el tema ha corrido mucha tinta: Braulio Peralta afirmó que, a lo largo de estos 30 años el Fonca no puede presumir de obras relevantes durante ese periodo. Tras el desaguisado en el Foro, Paola Aimée cuestionó “¿Por qué nunca les reclamaron a los anteriores funcionarios de cultura, que los sometieran a un modelo neoliberal de explotación? ¿En qué momento se cambiaron los roles de jugar las reglas del sistema a ser víctima de él?”. Jorge Contreras escribió “Generalmente se desea obtener un beneficio para crear obra o para hacer promoción, pero los creadores, con o sin apoyo seguirán produciendo, son la mayoría, el ser beneficiado es un aliciente que satisface a un mínimo del porcentaje que podría verse favorecido“. La crítica de arte Avelina Lesper aseguró que “El Fonca puede reencausar a la mediocridad y el enchufismo dentro del programa de los Ninis: ni estudian, ni trabajan, ni merecen beca.” Sobre el SNCA Daniel Salinas Basave expresó “Hasta ahora, la forma en que se otorgan estos apoyos ha sido discrecional y opaca, por decir lo menos. Lo único que tenemos derecho a conocer es el nombre de los creadores que serán beneficiados […] que financiaremos con nuestros impuestos durante un trienio. No estamos hablando del reparto de invitaciones a una fiesta privada, sino de asignación de fondos públicos”. Viridiana Nárud señala que “Democratizar el arte no es eliminar los apoyos porque unos cuantos corruptos mantengan el poder. Se trata de quitar a los corruptos que corrompen al arte.” Y hubo alguien que al menos ha obtendio cuatro trienios el SNCA que llamó -con lamentables dosis de racismo y de discriminación- A defender al Fonca con los puños. […]