Shakespeare remixeado
Jorge Arturo Torres Vázquez/ Los criticables
Ante una realidad que pareciera ensimismarse un poco más cada día, donde la gente ya experimenta el mundo sumiendo la nariz en una pantalla para escapar del contacto aterrador con el otro, el teatro como punto de conexión humana, surge brillante como el oasis que siempre ha sido.
Justicia y perdón son dos temas que se subrayan en este elegante remix del Rey Lear. Con Crónica breve de un Rey y su sombra, Gonzalo Villanueva es capaz de llegar a niveles turgentes de verdad escénica a través de un impecable dominio del cuerpo, la versatilidad de su voz y el conocimiento profundo de un texto que luce sorprendentemente fresco. Cuando el público entra a la sala, es evidente que el trabajo de los artistas tiene mucho rato de haber empezado. Las siempre exquisitas notas del chelo han construido una ambientación cálida y el bufón nos da la bienvenida haciendo cabriolas sobre el escenario, subrayando así el abismo virtual que existe entre el cotidiano y aburrido mundo exterior y el de una ficción sólida y emotiva. Resulta entonces interesante atestiguar cómo se va dando tal acercamiento que, literalmente, el escenario invade a las butacas. Desde el primer momento, se suceden despliegues apabullantes de técnica actoral. Gonzalo transita por los cinco personajes que son representados a lo largo de la obra difuminando sus contornos y fundiendo sus acciones, estableciendo así una gran congruencia con el concepto sombrío de la propuesta escénica y el discurso artístico, ya que las hijas y el bufón, funcionan como sombras del mismo rey. El dominio del espacio es preciso y sintético, y los objetos son dotados de una gran carga simbólica y emocional, sirva de ejemplo el contundente uso de una prenda blanca para simbolizar a Cordelia.
En fin, que pocas cosas se pueden decir que no se hayan dicho ya sobre esta obra, que no suenen a un pobre y banal elogio.