Teatro de ciencia ficción en México: El caso Nuevo León
Por Vidal Medina

El más reciente número de la revista Investigación Teatral de la Universidad Veracruzana tiene un dossier llamado Escenarios de ciencia ficción, que capturó mi atención por completo. Se agradece infinitamente que el número sea descargable: https://shorturl.at/dpHU9
Al principio creí que la revista documentaba el teatro de ciencia ficción que se hace en México actualmente, pero no es así, me fui con la finta porque uno de los artículos lleva el título: Teatro de ciencia ficción en México: hablan sus creadores. Así que pensé que se trataba de un estudio al menos representativo de lo que se hace en el país, pero más bien se trata de la transcripción de un coloquio entre tres artistas de la Ciudad de México y una profesora de antropología.
El contenido del dossier es rico y da para reflexionar y abrir un diálogo. El lector podrá constatar que efectivamente existen expresiones recientes de teatro de ciencia ficción en México, aunque una vez más, los artistas que residimos fuera de la capital no hemos sido tomados en cuenta para esas reflexiones.
A pesar de la omisión felicito a los editores Gisel Amezcua y Carlos Gutiérrez Bracho; el número es poco menos que excelente. Disfruté mucho el artículo dedicado a la performa chicana: El teatro campesino, La Pocha Nostra, Asco y los colectivos de artistas chicanos radicados en Los Angeles. Las obras y performances que se documentan presentan un hondo corte político, crítico y transgresor que es propio de la mejor ciencia ficción latinoamericana. Dan ganas de ver. Se agradece la selección de artistas multidisciplinarios como Nahum Romero, que trabaja en las intersecciones entre la teoría del performance y el espacio exterior; y de Juan José Díaz Infante, vinculado a la creación de satélites y la aeronáutica.
Lo que suscita esta reseña es comentar la charla que publican con el título: Teatro de ciencia ficción en México: hablan sus creadores., en la que participaron los dramaturgos y directores Stephanie León, Richard Viqueira y Jorge Maldonado, moderados por la antropóloga Anne Johnson, dentro del Tercer Encuentro Estéticas de Ciencia Ficción que se realizó en línea en noviembre de 2021 por convocatoria delCentro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (CENIDIAP) del INBAL. No deja de ser interesante advertir que quizá la intención de quien transcribió la charla no era la de replicar un modo de pensar centralista según el cual se afirma que lo que se hace en la ciudad de México representa lo que sucede en todo el país. La charla, por demás interesante y que intentaré comentar brevemente, es una muestra representativa del teatro de ciencia ficción que se hace en la ciudad de México y no en todo México, por lo que hubiese sido más acertado titularla: El teatro de ciencia ficción que se hace en la Ciudad de México: hablan sus creadores.
Si hemos de preguntar cómo surge y se manifiesta el teatro de ciencia ficción en México habrá que tomar en cuenta al norte, ya que en Monterrey también existe el teatro de ciencia ficción. Sólo si viviéramos en una realidad alterna en la que los sueños de los antiguos separatistas se hubiesen cumplido y en la cual Nuevo León ya estuviera anexado a Texas, podríamos hablar realmente de una separación. Pero tal utopía no se ha cumplido y por ello quienes vivimos en el norte seguimos siendo mexicanos, pero ya sea porque a los norteños no se nos considera mexicanos, sino texanos en potencia, o porque ignoren nuestra existencia y por lo tanto no conozcan nuestro trabajo, es que escribo esto.
En cualquier caso, la realidad es que los creadores y sus obras son inseparables de sus contextos y de la ciudad en la que viven, Después está la lengua materna y no sólo el idioma. No hablamos igual en todas partes ni escribimos igual, ni hacemos el mismo teatro. Cada región tiene un tono particular y un modo de expresarse. Los artistas escénicos ya mencionados, Stephanie León, Richard Viqueira y Jorge Maldonado, fueron convocados para hablar de sus procesos creativos y de los problemas que enfrentaron al trasladar, por decirlo así, el género de la ciencia ficción al soporte teatral. Algo que personalmente he explorado en obras como Vestigios (Buenos Aires, 2011); Exposición de una larva / La larva. (Sala Experimental, Monterrey, 2016.); y Regina quiere detenerse (Mi Teatro, Monterrey, 2017 y FNCFV1.0, 2019).
Por lo que ellos mismos nos cuentan, en sus obras hay una variedad de temas que van desde el cuestionamiento de la belleza (Mullberry); la exploración de la sensación de flotar (Bozal), o la teoría de la complejidad para crear una obra de ficción climática y viajes temporales, que me recuerda el estilo de la película interestelar (Vórtice). De cualquier manera, invito al lector de esta reseña a leer las páginas de la revista Artes Escénicas de la Universidad Veracruzana que comento y enterarse por sí mismo de lo que aquí solo puedo mencionar de manera superficial.
Como buenos mexicanos los artistas escénicos no niegan la contaminación de la cultura norteamericana: los viajes interplanetarios, la Nasa, Britney Spears, la música rock y el punk. También dejan entrever que el cine y las series televisivas han influenciado a los creadores teatrales en mayor medida que la propia literatura de ciencia ficción.
Uno de los focos más interesantes de la entrevista son las dificultades escénicas que enfrentaron, los dispositivos creados y los puntos de vista desde los que abordaron sus montajes. No deja de ser notable que las convenciones teatrales pueden en muchos casos suplir una ausencia tecnológica.
Como es natural, como dramaturgo percibo dos aspectos problemáticos en la construcción de un teatro de ciencia ficción: por un lado la dramaturgia y por el otro su traducción escénica. En el caso de Vòrtice, de Jorge Maldonado, o en Mullberry de Stephanie León, parece que la dramaturgia escrita jugó un papel más importante que en el caso de Bozal. Conociendo de más atrás el trabajo del genial director Richard Viqueira, no es de extrañar que privilegie la imagen escénica futurista y la experiencia inmersiva del espectador por sobre el drama. Pero todo son conjeturas a partir de mi lectura, es decir, de segunda mano. Lo ideal hubiera sido verlas y vivir cada experiencia como espectador.
De cualquier manera, a mi modo de ver, uno de los grandes retos al abordar la ciencia ficción desde el teatro y que le toca al dramaturgo planteárselo,
es el mismo que se tiene que plantear cualquier escritor de ciencia ficción: ¿cuál es el valor literario del texto dramático en tanto ciencia ficción, y qué le aporta al género? Podrá parecer conservador pensar que a estas alturas todavía importa el valor literario de un texto dramático, sobre todo cuando hablamos de performance teatral, pero precisamente ese es el tema que me importa. Entender cómo se construye la literatura de ciencia ficción que se escribe actualmente en América Latina y en México puede arrojar mucha luz sobre la traducción dramática de los mundos de la ciencia ficción.
Los viajes interplanetarios y las aventuras de astronautas, así como la ficción climática o el cyberpunk forman parte de los numerosos subgéneros que integran el corpus de la ciencia ficción y al que se van sumando muchos más, ya que se crean nuevas contaminaciones. La gran madre temática que sería la ciencia ficción y a la que pertenecen muchos subgéneros le son importantes elementos como la verosimilitud, el punto de vista, la especulación y el Novum, un concepto propuesto por Darko Sauvin que representa la exigencia de que cada nueva propuesta narrativa aporte un elemento de novedad respecto al pensamiento especulativo o al punto de vista en el que este se aplica[1].
Es interesante ver cómo el teatro y sus artistas buscan sus propios derroteros dentro de un género popular y masivo por excelencia, cuando el teatro no es ni el más popular de las artes (la música se lo lleva de calle) y precisamente no es masivo. Me interesa continuar la discusión partiendo de la dramaturgia escrita y de cómo ésta aborda los mundos de la ciencia ficción, por desgracia este tema casi no se toca en la entrevista. Pertenece al problema de la construcción de ficciones dramáticas y no a la práctica de la performance teatral. Quizá la dramaturgia escrita está devaluada y el valor literario de una obra teatral ha pasado a segundo o tercer término y ya poco importa para los artistas de teatro si los cimientos de su edificio son firmes.
Por la razón que sea, se extraña en estas tertulias la voz de dramaturgos como LEGOM debatiendo sobre la construcción dramática de los textos. Creo que en esta discusión él diría que no le interesan los géneros, una vez me lo dijo, pero sí que le interesaba la construcción dramática, porque hasta escribió un libro sobre ello e impartió clases, talleres y coordinó mesas de escritores. El asunto que le interesaba a Legom, en tanto escritor de ficciones, es algo que también le interesa a críticos como Tzvetan Todorov: la construcción del relato literario; pero además Todorov estudia el género en tanto manifestación específica del relato.
A mí me interesan ambas, pero sobre todo el fundamento de lo que se pretende crear, es decir, algo muy específico: el estudio de la ciencia ficción como género para la construcción de textos dramáticos. En 2018 impartí dos módulos en el ISEM y en la Casa Universitaria del Libro respectivamente del taller de escritura de ciencia ficción: Dramaturgias para después del futuro, en el que la premisa era partir de una idea de futuro para construir textos dramáticos. El resultado de ese taller fue el Festival Noches de Ciencia Ficción Vol.1 (FNCFV1.0) en el que estrenamos cinco obras en total; cuatro textos escritos en el taller: Las muñecas del valle inquietante, de Perla Saldívar, Dúctu, de Melissa Melendez, Soy Sheldón, de Johnatan Basurto, y Testimonio de un terrícola de Misael Dominguez, Por mi parte repuse Regina quiere detenerse que había estrenado con otro reparto en 2017. Todas las producciones fueron realizadas por alumnos de las escuelas de teatro locales: estudiantes de la Facultad de Artes Escénicas, El Cedart, y la Escuela de Teatro pusieron manos a la obra para dar vida a la primera edición del FNCFV1.0 en noviembre de 2019.
Ahora, en 2023, logramos hacer realidad la segunda edición del Festival con un EFCA otorgado por el Gobierno de NL y el Conarte, en el que tuvimos la fortuna de encontrar una empresa aportante. Con ese recurso logramos estrenar, en el mes de agosto, cuatro obras previamente seleccionadas por convocatoria, a la que concurrieron 21 textos en total, de los cuales seleccionamos 5 obras. Las obras estrenadas fueron Anette Ramón Robot de William Guevara (Bogotá, Colombia); Cobayas de David Colorado (Monterrey); Nueva, nueva Alianza, de Jorge Fábregas (Guadalajara) y Los sermones del Obispo de Marte de Tomás Afán Muñoz (Jaén, España). Llevadas a escena por Anané del Villar, Daniel Gutiérrez, Mayra Vargas y Bryan Alvarado respectivamente.
La Nave Generadores del Parque Fundidora fue el escenario inmersivo en el que los espectadores presenciaron de manera sucesiva, en distintos espacios del recinto industrial las diferentes propuestas futuristas y distópicas. Hacer una reseña del evento no es la finalidad de este texto, sino señalar un paralelismo contemporáneo y una simultaneidad en la práctica del teatro de ciencia ficción en México. Baste esta escueta mención, no sólo para hablar de mi trabajo como gestor y promotor del pensamiento prospectivo desde la ciencia ficción en el teatro, sino también como creador de ficciones.
Tampoco es el asunto de este texto dar una definición exacta de lo que es debería ser la ciencia ficción, ya que se trata de una discusión abierta y en evolución constante, no puedo negar que me encantaría darme una vuelta a la ciudad de México para ver los espectáculos Mullberry, Bozal y Vòrtice, en caso de que todavía los encuentre en temporada; Pero también los invito a Monterrey para que vean lo que hacemos por acá. Lo ideal sería que las obras pudieran viajar y tuvieran giras por todo el territorio nacional pero ese es un tema de movilidad que sería mejor discutir en otro lado, por mi parte seguiré promoviendo el pensamiento prospectivo desde la escritura y desde la gestoría.
Para mí la ciencia ficción sirve para pensar y no sólo para entretener al público y desde ese punto de vista me interesa abordarla. Puedo terminar diciendo sin ningún temor a equivocarme que el teatro de ciencia ficción en México seguirá creciendo, ya que en los años venideros los creadores seguiremos abordando de forma especulativa las problemáticas actuales. Sólo veamos el mundo en el que vivimos, ya es en sí mismo una distopía con múltiples posibilidades de futuro y es nuestra responsabilidad imaginar y problematizar el futuro que queremos.
[1] Sofía Rhei. “¿En qué consiste la ciencia ficción?” Antología Iberoamericana de Ciencia Ficción. Ed. Norma, 2021.