Agradecimiento de LEGOM
Luis Enrique Gutiérrez OM
Quinientos kilos. ¿Saben lo que son quinientas mil aguilitas nacionales? Codicioso y bolsón como soy, como siempre he sido, durante un mes los imaginé uno sobre otro en moneditas de a peso. Una pilota de más o menos un quilómetro de altura. La de planes que tenía para todas esos pesos mexicanos. Pero no, para que se me quite lo oportunista, nos la pelamos con el Juan Ruiz de Alarcón.
Supongo que yo lo debía ganar, como deben suponerlo casi todos los que fueron propuestos. Si me hubieran preguntado a mí, yo me lo hubiera ganado. Eso que ni qué. Ahora voy a tener que escribir mucho, pero mucho más, quien se ganó el premio mucho, pero mucho menos. Dios tiene formas poco amables de comunicar sus designios.
Aunque el premio es el premio y no ganarlo, pues no ganarlo, me siento realmente premiado y conmovido por el apoyo que me dieron todos ustedes. Yo sé que no soy una persona fácil y tengo las habilidades sociales de un cavernario, por lo que el gesto, además de conmovedor fue sorpresivo. Sepan, pues, que gracias a ustedes este viejo misántropo recuperó algo del respeto que le había perdido total y absolutamente a la humanidad.
Me siento apenado con ustedes, algo de mí está convencido de haberlos defraudado. De ser así, váyanse acostumbrando, tengo la costumbre de defraudar a la gente que me quiere. Es algo que hago por reflejo. Va un largo y muy muy ancho abrazo.