Obregón responde a las acusaciones de Paso de Gato
A la comunidad teatral:
En el número de Paso de Gato que comienza a circular hoy, José Sefami y Jaime Chabaud contestan con encono a mi renuncia al Consejo de Redacción de su revista. Como sus acusaciones tienen implicaciones legales, respondo brevemente.
Ambos me acusan (Sefami tuerce para ello una ley que conozco perfectamente) de incurrir en corrupción al otorgarme una plaza a mí mismo en el CITRU. Aclaro únicamente lo siguiente:
1. Mi relación laboral con el INBA data de casi tres años antes de mi nombramiento como director del CITRU y la editorial (labor que desempeño ahora) desde 1992. Como deberían saber mis acusadores, los procesos de selección de los centros académicos permiten que los miembros de estos puedan volver, después de una gestión administrativa, a sus labores docentes, de investigación o de difusión; así funcionan el resto de las escuelas y centros de investigación del INBA y los centros académicos de México y el mundo.
2. Mi nombramiento en interinato (no poseo una plaza en propiedad en el Instituto a pesar de haber laborado en él durante 12 años) fue hecho por la Lic. Maricela Jacobo, entonces subdirectora del INBA, lo cual está plenamente justificado pues se trata de una plaza que no pertenece al techo financiero del CITRU sino de la SEGEIA. Como en el caso de las plazas en interinato del CITRU, que yo sí firmé, lo hicimos con la conciencia de que dichos nombramientos podían y pueden ser cancelados en cualquier momento por la nueva administración y los hicimos exclusivamente para el periodo que, dada la transición, no impidiera cumplir con los tiempos administrativos, no detuviera los trabajos del Centro y diera oportunidad a los nuevos responsables de tomar sus propias decisiones.
3. Cuando el resultado del proceso de auscultación para la nueva administración del CITRU se hizo público, yo platiqué con el director electo, Ricardo García Arteaga, y él decidió dar continuidad al proyecto editorial, haciéndome públicamente la invitación y el reconocimiento a mi trabajo en este rubro el día de su toma de protesta. Desde septiembre de 2012 soy entonces responsable editorial del Centro y he cumplido puntualmente con mi trabajo; tanto así que mi interinato ha sido renovado ya bajo la nueva administración.
En cuanto a las acusaciones de Jaime Chabaud, sólo diré que su memoria o imaginación trabajan con el delirio del dramaturgo: (melo)dramatiza, exagera y edita siempre a su favor. Todo lo que dice que yo dije (qué curioso que en todos sus “sics” yo hable en tercera persona y en pasado) es tan ridículo como acusarme de “tirar la toalla” con la revista Repertorio o de contribuir a la desaparición del Foro/Teatro Contemporáneo.
Chabaud, que cobra en la UAM y, al menos el año pasado en el INBA (Dirección Artística de la MNT), el FONCA (Comisiones de selección) y vaya usted a saber dónde más, cree que me humilla diciendo que no sé vivir fuera del erario; pero cómo hacerlo si exitosas “iniciativas privadas” como las suyas siguen sin pagar a sus colaboradores luego de 53 números de la revista y sus miles de libros vendidos. Pero lo importante del asunto, y que está íntimamente relacionado con la polémica que terminó por separarnos, es que “su empresa” también está sostenida fundamentalmente con dineros públicos (CONACULTA, etiquetados de la cámara de diputados, Institutos de Cultura de los Estados, publicidad gubernamental y vaya usted a saber quién más).
He aquí la nueva modalidad para hacer negocios y construir cacicazgos culturales.
Rodolfo Obregón