CUT bajo fuego cruzado
A la opinión pública
A la comunidad teatral
A los exalumnos
del Centro Universitario de Teatro de la UNAM
Los trabajadores sindicalizados adscritos al Centro Universitario de Teatro tomaron el inmueble de dicho centro de formación para mantener en la impunidad a uno de sus técnicos agremiados que, de manera permanente, ha boicoteado las actividades académicas en los últimos meses. Se trata de un eslabón más en el hostigamiento a ese centro de estudios con el propósito de adjudicarse los espacios escénicos del CUT e imponer ahí un nuevo coto de poder sindical.
Sabemos que prácticas semejantes han convertido a los teatros del INBA en botín para el saqueo sistemático de los presupuestos a través del régimen de horas extras. Ahí los técnicos parasitan los espacios, exprimen los presupuestos y obstaculizan la práctica teatral en espacios que a la comunidad artística le son cada vez más inaccesibles e inhóspitos.
Esta vez, la base del conflicto radica en que los técnicos del CUT pretenden ignorar el doble propósito de los teatros de dicho centro que son, al mismo tiempo, espacios para el público y para la formación actoral, y los quieren medir con la misma vara que al resto de los teatros de la UNAM. Aspiran, también, al pago voraz de horas extras, pretenden influir en la programación artística de tales espacios y, ante todo, quieren impedir que los alumnos hagan uso del equipo técnico obstaculizando, así, una de las grandes virtudes del CUT: la formación integral de la gente de teatro.
El día de ayer, los técnicos pusieron en las instalaciones del CUT mantas con declaraciones infamantes, basura, cadenas e impidieron el acceso a alumnos, docentes y administrativos para ejercer presión ante la inevitable sanción para uno de sus agremiados que agredió verbalmente a una docente.
Nos solidarizamos con los alumnos, maestros y autoridades del CUT ante la agresión y el posible secuestro de uno más de los edificios teatrales de esta ciudad, y defendemos el derecho de los artistas profesionales y de los estudiantes de teatro a mantener sus espacios fuera de los manejos y manipulaciones de los sindicatos que, lamentablemente, hoy son uno más de los cánceres que tienen postrado al teatro nacional.
Responsables de la carta: Jorge Vargas y David Olguín