Asume el INBA el compromiso de rescatar la tradición del teatro de títeres
Entrega el INAH lote de 317 piezas restauradas de la colección Rosete Aranda
Comunicado de Conaculta
Teresa Vicencio, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), afirmó que la institución a su cargo asumirá el compromiso de rescatar la tradición del teatro de títeres en nuestro país y subrayó el significado que históricamente tuvo para la Secretaría de Educación Pública esta valiosa herramienta teatral, “a la que podríamos potenciar mucho más. Encontraremos los caminos para hacerlo de una manera que de verdad tenga un impacto en la comunidad”.
De manos de Alfonso de Maria y Campos, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Vicencio recibió un lote de 317 títeres de la Colección Rosete Aranda que fueron totalmente restaurados por un grupo de especialistas de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRM-INAH). Vicencio anunció que en agosto próximo se presentará una investigación sobre esta tradición y en particular, alrededor de esta colección.
Los títeres que forman parte de la colección que resguarda el Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam) del INBA, se encontraban en condiciones desastrosas: algunos de ellos sin cabeza, brazos o piernas; apolillados y llenos de carcomas; picoteados del cuerpo o con el vestuario decolorado o inservible. Hoy, gracias al trabajo de un grupo de seis especialistas de la ENCRM, encabezados por el maestro y especialista en restauración de títeres Sergio Arturo Montero Alarcón, han recuperado su prestancia y se encuentran listos para volver a la escena.
Sobre la importancia que para el patrimonio cultural de México representa este rescate, derivado de un acuerdo interinstitucional INAH-INBA –con una aportación de poco más de 300 mil pesos por cada instituto–, señaló que más allá de su belleza o abundancia de piezas, éstas constituyen la única evidencia física que tenemos sobre esa tradición en nuestro país.
“Sabemos que en la época prehispánica hubo títeres, pero sólo hay evidencias documentales —comentó Montero—, en la Colonia, nada más se cuenta con la referencia de Bernal Díaz del Castillo de que Hernán Cortés trajo entre sus huestes a dos titiriteros; se sabe que el Santo Oficio persiguió y juzgo a muchos titiriteros que protestaban en contra de los sistemas; Sahagún, dejó relatos sobre el uso de muñecos utilizados para transmitir los mensajes de los dioses, pero no se conserva una sola pieza que compruebe lo que está documentado”.
En ese sentido, Montero subrayó que el único testimonio y que se remonta al siglo XIX, es la colección de Rosete Aranda que se conformó por alrededor de 5 mil títeres que hoy están desperdigados por todas partes. Recordó que en los años 70, el INBA rescató esta colección con poco más de 800 piezas (declarada en los años 90 Patrimonio Cultural de la Nación), por iniciativa de la actriz Tita Lizalde. Luego, fueron guardados y abandonados.
El especialista, hizo un reconocimiento a Lucía García Noriega, directora del Cencropam y a Marisa Giménez Cacho, coordinadora nacional deTeatro, quienes encabezaron esta iniciativa que luego de un año de trabajo permitió rescatar este lote que estaba a punto de perderse.
Finalmente, Sergio Arturo Montero hizo un llamado a las autoridades del INBA para mantener el interés por promover esta disciplina teatral. “Tengo la certeza de que los títeres metidos en una vitrina dejan de serlo, creo que es necesario recuperar su entorno y su función en la escena”.
En cuanto a la restauración –explicó– intentamos recuperar no sólo la belleza, algunas de sus partes y su vestuario, sino devolverles su funcionalidad y movimiento. Todas las partes que les faltaban se repusieron. La mayoría de las cabezas las encontramos con varias capas de repintes que fueron hechas por los propios titiriteros, a lo largo de sus más de 150 años de existencia, como resultado del deterioro que sufren por su uso. En este caso no se conservaron los repintes, porque alteraban la magnífica policromía original, fueron trabajados al estilo de los santeros, con un gran trabajo de color.
En entrevista al término de la ceremonia, Marisa Giménez Cacho explicó que la investigación realizada conjuntamente por la Coordinación Nacional de Teatro y el Centro de Investigación Teatral Rodolfo Usigli (CITRU), busca aclarar una confusión que existe entre cuáles títeres son de la colección Rosete Aranda y cuáles a la de Carlos Espinal. Esta investigación coordinada por Francisca Miranda se editará en soporte digital requirió de tres años, para ubicar colecciones en los distintos lugares del país, hacer el registro fotográfico de todas las piezas. Incluirá también fotografías de los Rosete Aranda, libretos, libros de cuentas, nóminas. Es un súper documento donde hay títeres, libretos libros de cuentas y hasta nóminas. Lo mismo se hará con la parte correspondiente a los Espinal. “Es un superdocumento”, remató entusiasmada.