El estado de las Muestras
Por segundo año consecutivo en el presente milenio se están efectuando las Muestras Estatales de Teatro en los 32 estados de la República, aunque a diferencia de su primera edición en esta se han dado brotes de inconformidad en algunas entidades, achacándole a la convocatoria los motivos de la discordia. Como la Convocatoria llega de la Secretaría de Cultura Federal, vía INBA y Vinculación con los Estados, ya corre la voz de que el centralismo cultural ataca de nuevo.
Los motivos de la protesta en la nube virtual son varios pero destaco dos: el bajón que se dio en el estímulo económico para los grupos participantes, que pasó de los 10 mil pesos del año pasado a los tres mil de ahora, y las restricciones proteccionistas del folclor local que se dieron particularmente en el estado de Querétaro.
En los ataques feibuqueros se pasa por alto que en efecto la Convocatoria a las Muestras Estatales viene del Centro pero los estados tienen la libertad de adecuarla a sus necesidades. El problema es que en la mayoría de los estados esa adecuación la hacen los Consejos, Institutos o Secretarías de Cultura local sin consultar a los hacedores de teatro, al menos a quienes se les respeta por su trabajo en las tablas, no en los pasillos de las instituciones.
Con el recorte presupuestal al sector cultural las Muestras se quedaron sin el soporte económico del 2016, pero en razón de los alentadores resultados del ciclo de Muestras Estatales, Muestras Regionales y Muestra Nacional de Teatro, Antonio Crestani, responsable de la Dirección de Vinculación Cultural, se comprometió a buscar junto al INBA los fondos necesarios para su continuidad. Cumplió su palabra pero se tuvo un monto menor al año anterior y el proceso de selección comenzó tarde porque no se podía iniciar sin la partida correspondiente.
En las entidades donde el teatro público funciona con y sin el apoyo de la Federación, como Nuevo León y Jalisco, no hubo sobresaltos. Tampoco en estados como Campeche en el que la comunidad teatral está en construcción y aún puede convivir en el mismo foro. En Hermosillo algunos grupos no participaron porque debían remontar sus espectáculos y 3 mil pesos no daban para el gasto de ensayos y los arreglos pertinentes a la producción. En Hidalgo hay cierta tensión entre los grupos por un motivo ajeno a la Muestra y se espera que esa incordia no afecte sus actividades. Si lo hubo, en Michoacán no cundió el descontento porque las autoridades locales pusieron los fondos para igualar la aportación que se les dio a los grupos participantes en el 2016.
En Querétaro se añadió a la Convocatoria Modelo una cláusula que dejaba fuera las producciones escritas o dirigidas por alguien que no fuera queretano. Lo peor de este proteccionismo pueblerino fue que la Secretaría local del ramo aprobó esa xenofobia y sin embargo inscribió algún montaje dirigido por un artista foráneo. Cuando otro grupo, en base a la cláusula publicada de la Convocatoria, protestó por el incumplimiento de la misma, se armó la rompedera de túnicas y la crucifixión virtual, en un conflicto en el que todas las partes estaban en falta.
Es de lamentarse que en una de las escasas iniciativas de difusión artística y congregación gremial de auténtica dimensión nacional, las rencillas y los agravios de camarilla pongan en riesgo la vigencia y continuidad de estos convivios. Con todos sus asegunes, congregar en un tiempo y un espacio común a la parte activa del teatro de todos los estados del país, permite tener literalmente una visión individual y de conjunto del estado que guarda el teatro público por entidad, por región y a nivel nacional.
Ciertamente las convocatorias deben hacerse consensuadas y en el entendido de que, como su nombre lo señala, son reuniones para mostrar las producciones que han logrado llegar a los escenarios, sin importar quién es el autor y quien la dirigen porque es un hecho que la visión ajena suele enriquecer o por lo menos variar las propuestas locales. Lo más probable es que la tormentas desatadas en alguno estados sean de vaso de agua y que por segundo año consecutivo la República del Teatro se vea bien representada en la MNT que tendrá lugar en León, Guanajuato.
10 septiembre, 2017 @ 2:59 am
En Hermosillo, en el caso de la agrupación de la que formo parte en particular, no participamos porque la convocatoria dejaba fuera todo trabajo «resultado de un proceso académico» y por limitar el número de participantes. Este último lo entiendo como una manera de poder hacer más con menos recursos; pero podría dejarse la opción de cubrir (en caso de pasar a la Regional y Nacional) sólo a determinado número y si son más, el grupo o compañía determina si se cubre el resto por propios medios, o no le entra.
Lo que no entiendo es el «resultado de procesos académicos» , más cuando » son reuniones para mostrar las producciones que han logrado llegar a los escenarios» Habemos grupos que tenemos más de un año realizando labores fuera de nuestro espacio académico, (lo cual no impide que sigamos trabajando dentro de él ) e incluso participando en la MET del año anterior; no lo tomamos de hobbie pues. ¿Para qué entonces tiene el nombre de ‘Muestra’ si no se podrá ver la mayor parte de los trabajos que se realizan en el Estado?
El grupo al que pertenezco es resultado de la Academia de arte dramático de la Universidad de Sonora, que ha producido en toda su historia montajes de gran calidad. Y he presenciado como (aún ) estudiantes presentan también trabajos de una calidad a la altura de la Muestra Estatal de Teatro. Si el teatro lo hacemos todos, participemos conscientemente pues del teatro.