Centro de Investigación Escénica, El Teatrito: Resistencia artística contra la hipocresía y el olvi
Ricardo Andrade / Miguel Ángel Ricci / Amanda Quezadas
Desde su fundación, El Teatrito, A.C. (Centro de Investigación Escénica) ha sido una entidad cultural profesional inscrita como una asociación sin fines de lucro. Sus estatutos desde un principio la han dotado de la capacidad de acometer un amplio abanico de tareas ligadas, fundamentalmente, al desarrollo de las artes visuales y escénicas y de la cultura en general.
Creemos que la noción «sin fines de lucro», debiera ser un elemento positivo en la acción cultural y no algo que merece castigo. Este concepto se maneja no pocas veces deformado bajo una óptica mercantil, como si pretendiera desacreditar la labor que se lleva a cabo desde esta visión no mercantil. Se ensayan incluso apreciaciones pueriles respecto a quienes desarrollamos la acción cultural desde entidades de este tipo, considerándonos “unos ingenuos”, “unos abnegados”, “unos cándidos” o “unos tontos caprichosos”. No cabe duda que se equivocan de medio a medio.
Sin fines de lucro no es sinónimo de estar fuera de la sociedad mercantil. Expresa, antes bien, la convicción de querer superarla y el ánimo de encontrar formas transicionales con ese preciso norte. No expresa una idiotez angelical ante los recursos, muy por el contrario, expertos en manejar recursos materiales escasos pretendemos demostrar que la creatividad puede reemplazar el desperdicio al que esta sociedad apuesta. Reciclamos, reusamos, reformamos, readaptamos y producimos, por convicción, un arte escénico con acento en las cualidades humanas desprovistas de toda la parafernalia mercantil.
Muchas entidades que se acogen a este principio saben muy bien lo que cuesta, no obstante, mantenerlas. La organización y coordinación de doce festivales internacionales de teatro en nuestra ciudad (Mérida, Yucatán) y su extensión, en 2008, 2013, 2014 y 2015 a D.F. , 2012, 2013 y 2014 a Michoacán, 2013 a Guanajuato, y la movilidad continental de la edición 14 del Festival-Encuentro 2016 a Mar del Plata, con extensión en Buenos Aires, Argentina y la realización en CDMX del 15° FITI como espacio de pensamiento crítico sobre el Teatro Independiente en México en 2017; así como múltiples acciones culturales nos han permitido identificarnos continental y mundialmente con muchos grupos y compañeros que comparten nuestra visión y enfrentan problemáticas semejantes. La cultura no es precisamente la debilidad de las políticas neoliberales. Así mismo en nuestro caminar hemos contado, en ocasiones, con aportaciones de trabajo voluntario, con solidaridades o reciprocidades y aportes de quienes valoran, y/o comparten nuestras actividades.
No eludimos la obtención de beneficios que sean fruto de los servicios que podamos prestar a terceros o de reciprocidades de intercambio de bienes materiales o intelectuales que generamos. Siempre buscamos que dichos beneficios reviertan en nuestra propia entidad para hacer posible su desarrollo y favorecer el emprendimiento de las tareas que lleva a cabo: como bien del colectivo que los genera y que propenden al beneficio social. Y, por sobre todo, siempre conscientes de que el dinero nunca mide con corrección lo que ofrecemos, entre otras cosas porque dudamos que el ánimo de lucro sea un bien en sí mismo que garantiza la seriedad de un proyecto.
También somos conscientes de que los intereses de los «grupos amigos» o de quienes buscan su lucro individual se sitúan, en esta sociedad, siempre por encima de quienes pretendemos que el trabajo sea valorado por el público y no por el mercado. Por eso no tenemos taquilla. Para eso intimamos con el público. Por ello debatimos con él, intentando abrir la posibilidad de generar, y generarnos como seres críticos y participativos de los procesos simbólicos y sociales de nuestra realidad comunitaria. Nuestro ánimo es transitar junto con nuestro público a formas más elevadas de juzgamiento que las del dinero. Sin embargo, prisioneros aún del mercantilismo de una sociedad mercantil ponemos una gorra (urna) y conminamos al público a depositar en ella el costo aproximado que ayude a recuperar lo invertido, o bien lo que su condición económica le permita depositar. Es nuestra convicción que todas y todos (los “pobres” también) tenemos derecho a la cultura.
No dejamos de percibir que el depredador económico, que todos llevamos dentro después de más de dos siglos de desiguales intercambios, suele disfrutar de más lustre que quien pone su esfuerzo y profesionalismo en un trabajo solidario. Así lo percibe la masa, candorosa o necia, y por ello no nos cansamos de debatir con nuestro público, de intimar con él y buscar juntos formas diferentes de relacionarnos, lejos de las relaciones comerciales de consumo.
Nuestra historia y experiencias son una prueba de que vale la pena intentarlo en tanto sumamos fuerzas contra la indiferencia.
Espacio Cultural Autogestivo El Teatrito / Centro de Investigación Escénica
Calle 25 esquina 14 Chuburná de Hidalgo Mérida, Yucatán, Mex