Versus, la búsqueda de lo contemporáneo
Versus, un texto de Rodrigo García con dirección de Beatriz Cardona es lo que presenta el grupo Om Teatro, grupo colombiano invitado al Festival del Día Mundial del Teatro.
Un espectáculo exigente tanto para los intérpretes como para los espectadores con resonancia de performance donde se examina, en la primera parte ¿qué es el amor? ¿cómo funciona? De ahí nos llevan al amor como consumo y luego… el mundo roto, como dicen ellos en su programa de mano «Versus es el mundo roto […] el espejo que se torna pesadilla», algo hay de eso.
Una obra construida sobre contrastes y confrontaciones al público desde el inicio dónde se pregunta de qué debe hablar teatro y cómo debe abordar los temas. Las presencias de los dos intérpretes también hacían contraste, por un lado Faber Henao preciso y cortante, un hombre/máquina con sentimientos disociados, con más ira que cualquier otra emoción, sus textos como golpes. En contraposición Jonny Carvajal, con una presencia más suave, en ocasiones frágil, también preciso, pero más humano, más afectado.
Una puesta en escena bien articulada y limpia, quizá demasiado limpia. Por un lado es de agradecerse como espectador y apreciar de la dirección que pese a la exigencia de la obra y los riegos físicos que implicaba todo se sentía controlado, por otro lado deja una sensación de una búsqueda muy aséptica o deslactosada, si se prefiere. No se trata de que se lastimen los actores, la sensación que me queda —y de ahí lo deslactosado— es de una repetición de las formas y no una búsqueda de ideas, necesidades que lleven por sí mismas a la forma.
Al finalizar la función, la directora mencionó que era un laboratorio de búsqueda sobre lenguajes escénicos contemporáneos, parecía que su intención era abrir el diálogo con el público, después me enteré que así era y me hubiera gustado preguntar un par de cosas pero la situación era muy desagradable, pues los actores seguían desnudos en escena, mojados y temblando mientras la directora hablaba, la empatía del público estaba con los actores, al punto que alguien grito «se están muriendo de frío». Después de su gran desempeño y arduo trabajo, lo último que se merecían era ser telón de fondo.