Dios entre mortales inaugura la programación del Festival
El Festival Día Mundial del Teatro es un Festival organizado por los alumnos de la Facultad de Teatro de la UV. Ha pasado por diversas generaciones de alumnos y a pesar de que en algunos años no se realizó, hasta el momento siempre se ha recuperado y mantenido. La gestión y organización que implica este evento es sin duda un ejercicio profesional importante y que en Xalapa han logrado involucrar a muchos negocios locales que apoyan con patrocinios. Este año participan obras producidas por los estudiantes de la facultad, así como de compañías profesionales xalapeñas y obras invitadas de la Universidad de Caldas, Colombia y de la UNAM, así como diversos talleres
La programación artística del Festival se iauguró con la la obra ganadora Festival Internacional de Teatro Universitario de la UNAM en la categoría de Estudiantes de teatro dirigidos por estudiantes, Dios entre mortales del grupo Manos a la obra, seguida por Nómadas de la aurora de Adriana Duch con la compañía de danza Las Sangres.
Con dramaturgia y dirección de Wen Gabrielle, Dios entre mortales es una adaptación de los cuentos reunidos en el libro Mujeres de ojos grandes de Ángeles Mastretta. La obra condensa elementos que componen una visión ácida del mundo centrada en la hipocresía católica mexicana y la sexualidad femenina reprimida en un contexto de los años cuarenta en Puebla, pero que sin esforzarnos mucho todavía lo encontramos en nuestro México del siglo XXI. El hallazgo más interesante de la dirección es que logra mantener una actitud totalmente solemne y ritual en el espacio de la ficción mientras que el público ríe, en ocasiones a carcajadas. A pesar de sus debilidades, (desniveles en la actuación, demasiada ilustración de los diálogos y predictibilidad) es una obra disfrutable en tanto espectáculo y con muchos niveles de interpretación en tanto que búsqueda artística y vale la pena seguir el trabajo tanto del grupo como de la directora.
En la propuesta de dirección es indispensable la participación del público, en la función que presencié dentro del festival, fue una participación muy afortunada que me sacó un par de francas carcajadas, lo cual agradezco, pero fue muy notorio como el recurso se agotó hacia el final y que la obra por sí sola no era lo suficientemente atractiva para mantener mi atención. Por otro lado, la participación de un espectador en la ficción multiplica los sentidos de la obra, pues es la vez parte de la ficción y un extraño en ella, un ser de otro tiempo, un ser ajeno en todos sentidos, confrontado con una realidad en la cual está obligado a formar parte de ella. Esta dinámica funciona a la vez como rompimiento y proyección, lo que vuelve a la obra didáctica en un sentido brechtiano donde el público —no solo el espectador participante— se ve inmerso en su propia reflexión sobre lo que piensa de la religión, la Iglesia y qué consejo daría a esas mujeres.
Nómadas de la aurora escrita y dirigida por Adriana Duch con la compañía de danza Las Sangres, es una obra para niños intachable en su producción, coreografías, vestuario, interpretación. Daniel Kunold, un niño de alrededor de diez años participa en la obra, pero no aparece enlistado en el reparto, sino como participación especial y es que realmente se apuesta a que sea un niño extraviado que no quiere hablar y casi no se mueve. No vemos a un niño actuando, simplemente vemos un niño y eso fue de lo más interesante para mí porque la historia y la visión de mundo que plantea me pareció poco interesante. La estructura dramática es predecible y explicativa, los personajes son unidimensionales y no creo que el ser teatro para niños sea justificación de esto, hay teatro para niños con profundidad narrativa. Pero a diferencia de mí, la mayoría del público, tanto niños como adultos estaban sumergidos en la obra y maravillados por los personajes.