Precisiones sobre el Encuentro de Estudiantes de Teatro
Alejandro León
En respuesta a la nota El Encuentro de Estudiantes de Teatro responde a intereses de unos cuantos
Plantearé algunas ideas que creo que convienen en este momento, justo antes de dar inicio al ENTE, porque me parece que tú y tus compañeros tienen derecho a estar informados y a formarse un criterio acerca del evento, con un poco más de conocimiento de causa. Nuevamente expreso mi deseo de que más adelante podamos vernos a los ojos y platicar, pues considero que lo más lindo de nuestra profesión es justo lo que dice Anatoli Vassiliev en el mensaje del Día Mundial del Teatro de este año: “Sólo el teatro nos da una palabra de boca en boca, una mirada de ojo a ojo, un gesto de mano en mano y de cuerpo a cuerpo. No necesita ningún intermediario para trabajar entre seres humanos”.
ANTECEDENTE PERSONAL
Me gustaría comenzar planteando unos cuantos antecedentes respecto a mi manera de pensar. Te diré que desde que era alumno siempre me pareció vital romper las paredes de la escuela (lo digo metafóricamente; no creas que era un delincuente). Tomaba talleres afuera de la escuela (tuve la gran fortuna de tomar uno con el maestro Fausto Ramírez en el 2010 que cambió mi perspectiva del teatro). Y también iba al teatro constantemente y cuando digo constantemente quiero decir que en el 2011 y 2012 hice conteo de las obras que vi: 89 en el 2011 y 78 en el 2012. Lo menciono porque tuve compañeros que cuando iban en sexto nunca habían ido a ver una obra profesional. Me parecía ridículo no saber lo que ocurría afuera. Con esta misma intención me parecía vital el encuentro con otros estudiantes de teatro. Y me parecía que nuestra Semana del Teatro se quedaba corta, pues terminábamos viendo nuestros mismos trabajos, escuchando a las mismas personas. Por eso propusimos la METT, Muestra Estudiantil de Trueque Teatral (“trueque”, en una clara referencia al concepto de Barba). Ésta tenía una clara intención: relacionarnos con los alumnos de las otras escuelas. Todos los grupos montamos un mismo texto y al otro día estuvimos más de seis horas dialogando sobre nuestras percepciones, nuestros caminos. En esa ocasión se invitó al Cedart. Tuvimos que insistir mucho para que participaran y tuvimos la fortuna de contar con un grupo que sí presentó en la METT. Te diré que me asombró. Mucho. En la escuela de la UDG nos decían todo el tiempo que lo importante era ser orgánicos; que, mientras tú lo sintieras, todo espectador lo iba a sentir como tú. Los chicos del Cedart trabajaban de otro modo. No eran los más orgánicos. No, pero tenían una fuerza increíble, su control corporal era bárbaro para un estudiante, y era claro que el acento de su trabajo estaba puesto en el cuerpo y en la voz. En ese foro de la escuela, a veces no podía ni escuchar a mis compañeros. Su voz retumbaba por todo el salón. Retumbaba en mi cuerpo. Me hicieron sentir. Su montaje me hizo sentir. Mis cátedras se cayeron, lo que yo había construído como cánones universales del teatro se despedazaron. Había otros modos de trabajar. No uno, sino mil universos se abrieron para mí. Ahí conocí a Aleks Romero, egresado del Cedart, a quien después tuve el gusto de dirigir; también conocí a Efrén García, hacedor del teatro de hoy en día.
Te cuento esto porque creo que puedo comenzar a explicar cuáles son las que tú llamas “verdaderas intenciones de esta institución (INART)”.
DÓNDE NACE LA IDEA DE ESTE ENCUENTRO
Ahora bien, en lo que respecta al ENTE, te cuento cómo ocurrieron las cosas.
En el marco de la Muestra Estatal de Teatro de Jalisco del 2015 (el año pasado) hubo un evento muy lindo, pensado y gestionado, si mal no lo recuerdo, por Gabriela Escatell, Aristeo Mora y Olga Gutiérrez. Este Encuentro tenía como principal objetivo poner plataformas para que artistas de Jalisco, nacionales y de otras partes del mundo (España, específicamente) pudieron identificar problemas del teatro de Jalisco y buscar posibles soluciones para elevar el nivel artístico y organizacional. En estos encuentros participaron personalidades como Rubén Ortíz, Anto Rodríguez, Luz Emilia Aguilar Zínser, Luis Manuel Aguilar “El Mosco”, Lourdes González y muchos artistas más del medio.
Dentro de este encuentro había un área que se enfocó en la formación. De los resultados de este Encuentro los creadores involucrados hicieron una carta abierta a la comunidad de INART (la subí al drive para que la puedas consultar; aquí te dejo el link: https://docs.google.com/document/d/10bUY6B44MwShimXXBu712Od-J-HDjJxQG-nGpbDDeHE/edit?usp=sharing). En el punto 7 (el último y que te subrayo para que sea más fácil de identificar) nos sugerían realizar un festival entre estudiantes de teatro. Nosotros escuchamos atentos la carta y comenzamos a buscar la construcción de todos los elementos que nos aconsejaron. He de decir que el festival era lo que veíamos más lejano.
COMIENZA EL CAMINO DEL ENTE
En este grupo dedicado a la formación se encontraban Estreyah Uribe, recién egresada de la UDG, e Iván González Vega, periodista y teatrero. A ellos les pareció vital que el festival pudiera ocurrir, así que me solicitaron una cita. En esta cita les comenté las dificultades para realizar el festival y que no se encontraba en nuestro panorama próximo para INART. Debo decir que la idea hacía vibrar todo mi ser (por mis antecedentes que ya te conté), así que no fue necesaria más que otra cita para que yo cediera a la realización del festival. Lo platiqué con el equipo de INART y convenimos en que, si lo que queríamos era unir a los alumnos de teatro, que se conocieran, que entablaran diálogos y que rompieran las paredes de los institutos, lo más conveniente era que el evento surgiera de las mismas instituciones, y no de una invitando a las demás.
Así pues, este mismo año comenzó la búsqueda. Primero me cité con Paco de la Torre (coordinador de Artes Escénicas en la UDG) y después con Teófilo Guerrero (coordinador del Área de Teatro de la Licenciatura de Artes Escénicas de la Secretaría de Cultura de Jalisco). Luego busqué a Alicia Yapur, la directora del Cedart José Clemente Orozco, pero por cuestiones de agenda, y por un malentendido en un correo, nunca se pudo concertar la cita. Como el tiempo se nos venía encima, decidimos aventarnos este primer encuentro sin el Cedart (afortunadamente ahora el Cedart también está dentro del evento y los alumnos de este instituto también estarán participando en todas las actividades del ENTE, lo que quiere decir que serán alumnos de cuatro instituciones conociéndose, encontrándose, dialogando). De estas juntas acordamos varias cosas que creo es importante que conozcas:
1- El ENTE emergería como un proyecto interinstitucional.
2- Tendría como principal objetivo el encuentro entre los estudiantes. No nos interesaba que cada instituto mostrara las obras que los maestros habían montado con sus alumnos; nos interesaba ofrecer elementos que acrecentaran sus conocimientos y brindarles nuevas herramientas de trabajo (de este punto es la decisión de que no haya montajes de estudiantes de ninguna de las tres instituciones. Y también es de aquí que el ENTE se llame Encuentro de Estudiantes de Teatro. Festival PARA (no “de” ) Artistas en Proceso).
3- Esta primera edición sería el proyecto piloto (las escuelas nunca habían trabajado juntas, no sabíamos cómo resultarían las cosas).
4- Como era un proyecto piloto: no se invitaría a artistas de otras latitudes, ni a escuelas que no fueran las mismas organizadoras (si algo nos salía mal, quedaba sólo entre nosotros).
5- Los presupuestos de cada institución ya estaban asignados cuando el encuentro se comenzó a organizar, por lo que no se contaba con presupuesto para esta organización. Se trabajaría sobre el mínimo indispensable.
6- INART se encargaba de la organización general. Esta decisión tenía que ver meramente con cuestiones de logística y funcionamiento. Los funcionarios de una institución pública tienen asignadas tareas y nosotros, al ser una institución privada, podíamos disponer de nuestro tiempo. Además de que los fundadores y directivos de INART ya tenían experiencia en organizar festivales de este tipo.
7- Cada instituto pondría a cinco elementos máximo para ser los portavoces de su institución y colaborar con la organización.
Así fue como el ENTE arrancó su organización. Con esas premisas como base. Afortunadamente la gestión que se ha hecho es muy buena y los artistas del medio local han respondido de tal modo que contamos con 12 talleristas, más de 20 expositores de las mesas de diálogo, cuatro montajes y desmontajes profesionales, y otras actividades más. Todos los artistas invirtiendo su trabajo (diría regalando, porque no cobrarán un solo peso, pero no es lo correcto). Están invirtiendo porque entienden el valor del Encuentro y que, de seguir creciendo como se tiene pensado que ocurra en pocos años, puede resultar muy benéfico para los estudiantes de teatro de Jalisco y, por lo tanto, para el teatro de Jalisco.
RESPECTO A LOS PUNTOS QUE COMENTAS EN TU NOTA
1.- El año pasado la Semana del Teatro en la UDG la organizó Estreyah Uribe. Sí: Estreyah, prácticamente sola. Tuvieron cuatro mesas de diálogo con menos de 10 artistas. Cuatro talleres. Y obras de ustedes mismos. Que seguro podrían haber encontrado otros momentos para presentarlas. Ahora la oferta es la siguiente: 12 talleres, siete mesas de diálogo con más de 20 artistas y cuatro montajes y desmontajes de grupos de teatro profesionales. Creo que hay una evidente mejora. Unidos somos más fuertes. Que es el punto principal del Encuentro. Y agrego un punto más aquí: la misma Estreyah comenta la dificultad que tuvo para organizar ya que nadie se prestaba a ayudarle.
2.- Como ya lo mencioné, este ENCUENTRO DE ESTUDIANTES DE TEATRO no resulta de una invitación hecha por la UDG a la Semana del Teatro. Es un evento totalmente distinto, en el que fui yo, personalmente, a invitar a los directivos de las otras instituciones a que hiciéramos algo en conjunto. Y sí: no hay mejor fecha para hacer un encuentro así que cuando se conmemora el Día Mundial del Teatro (lástima que cayó en vacaciones y por eso tuvimos que recorrerlo).
3.- El Cedart no pudo unirse desde el principio por cuestiones de tiempo. Pero ya están adentro. De hecho, de los 12 talleres que se impartirán en el ENTE, en 10 hay al menos un alumno del Cedart.
4.- Efectivamente muchas de las propuestas que los chicos que en primera instancia representaron a tu institución fueron rechazadas. ¿Por qué? Muy sencillo. Estaban en contra de las premisas con las que se organizó el encuentro y que ya expliqué arriba. Las menciono (y es algo que en verdad detesto, tener que señalar, pero no queda otra opción ante los dimes y diretes. Mejor hablar claro).
Propusieron traer a artistas del Sistema Nacional de Creadores del Arte. Si bien el Fonca paga sus honorarios, no paga sus viáticos: las instituciones habríamos tenido que pagarlos (esto va en contra del punto 5).
Propusieron traer a obras como “Un tal Shakespeare” de Adrián Vázquez (esto va en contra del punto 5).
Propusieron traer una obra de estudiantes de Casa de Teatro (esto va en contra del punto 4).
Te digo éstas sólo por mencionar algunas. Pero en realidad su institución las separó de la organización por cosas bastantes graves, que seguro no sabrás y que es importante que conozcas:
Solicitaron una cita con Gabriela Escatel y le pidieron recurso económico y de gestión en mi nombre, aunque yo nunca di esa indicación.
Se había acordado realizar encuestas en cada instituto para conocer los intereses respecto a talleres, mesas de diálogo y las obras que se presentarían. Pues bien:
Las encuestas nunca se realizaron.
Falsearon la información. Dijeron que la obra “Escurrimiento y anticoagulantes”, dirigida por el maestro Daniel Constantini, era la más votada, pero ni siquiera realizaron las encuestas.
Cambiaron los formatos acordados para las tres instituciones, bajo premisas desconocidas.
Pero lo más grave es que la mayoría no colaboraba activamente en la organización (y ojo, aclaro: la mayoría; unos sí estaban participando). Al no participar y no realizar las encuestas, el trabajo de todos los demás se atrasaba
Éstos fueron algunos de los factores que provocaron que fueran separados de la organización.
5.- Sí: varias de las personas que sustituyeron a los primeros organizadores tienen un vínculo, pero no con INART: conmigo. Son mis alumnas, no de INART; les doy clases particulares. INART sólo presta el espacio. ¿Por qué ellas? Porque habíamos perdido tres semanas de trabajo. Porque yo, como organizador general, necesitaba personas que supiera que eran confiables, que iban a trabajar, que entienden lineamientos (hay una gran diferencia entre la democracia y la anarquía: la Antigua Grecia fue la generadora de la democracia y ahí mismo había escalafones, líneas que seguir), pero sobre todo que eran personas que aman al teatro más que a ellas mismas y que estaban dispuestas desvelarse y trabajar a marchas forzadas para compensar el tiempo perdido. No es una casualidad que hayan sido ellas.
6.- Los maestros de tu instituto votaron A FAVOR en la junta de Academia. Creo que tres o cuatro, en contra, pero todos los demás (casi diez) votaron a favor.
7.- La mayoría de los maestros que darán talleres son de INART por una sencilla razón: se les consultó con mucho tiempo de anticipación, entonces ellos pudieron cuadrar sus tiempos. Claro que los chicos buscaron a otros maestros de la UDG para que dieran talleres, pero no pudieron cuadrar los tiempos. Se le preguntó a Gabriel Álvarez y a Meztli Robles, pero ninguno de los dos pudos. Los que pudieron ahí están: Rafa Rosas, Lucía Cortés y Miguel Vázquez. Y en todo caso, qué bendición, ¿no? Los alumnos de INART tomarán talleres con aquellos que ya son sus maestros. Tú tienes (o tenías, si es que preferiste mantenerte al margen de las actividades del ENTE) la posibilidad de tomar clases con quienes no forman parte de tu currícula. De conocer otros modos de trabajar. De ampliar tus horizontes.
9.- Que borré unos comentarios de Facebook (sí, yo lo hice) de un grupo de egresados y estudiantes de teatro de la UDG: tiene dos respuestas claras y no tienen que ver con mi posición dentro de INART, sino con mi posición como egresado de la UDG.
Primero, ese grupo lo hice yo. Soy el administrador. Lo hice hace ya bastante años. ¿Y sabes para qué lo hice? Para que hubiera comunicación entre nosotros, para comenzar como alumnos a romper las paredes de los salones y para luego romper las paredes de la escuela. Si te vas al inicio de ese grupo verás la cantidad de veces que publiqué obras que se iban a presentar, talleres que se abrían, en fin: una sarta de cosas que me parecían benéficas para todos los estudiantes. Incluso en ese grupo Estreyah publicaba una agenda mensual del teatro cuando aún no existía Voyalteatro.com
Segundo. Porque en su comentario alentaba a los alumnos a no participar. Como egresado me parece terrible que alguien aliente a otros a no tomar talleres, a no ir a mesas, a no ver los desmontajes. Como egresado, no puedo permitir que alguien haga eso dentro de un grupo que yo administro. No es el primer comentario que borro: incluso he expulsado a personas que me parece que no le hacen bien a la comunidad de estudiantes y egresados. A esta persona (no diré su nombre, porque entonces es colaborar a lo que parece que está buscando) le sugerí que lo platicáramos. Que si tenía inquietudes y dudas viniera a mi oficina y lo platicábamos. Esto es público: lo puede encontrar en el mismo grupo de Facebook del que estamos hablando en un publicación que hizo Iván ALESSANDO sobre las encuestas y que el mismo tipo alentaba a los alumnos a no votar (a que no fuera escuchada su voz como alumnos; es ridículo). En ese post me puse a su disposición del mejor modo para dialogarlo. Su respuesta fue muy clara: “Nunca solicité respuestas pero te agradezco”. Es decir, ¿sólo quería quejarse?. Perdón, pero levantar la voz sin buscar una solución, levantar un fusil sin la intención de que la guerra se termine, es la más inútil de las revoluciones.
8.- Los directivos de INART organizaron el ENTE, sí: fuimos los organizadores generales, sí. Pero no fuimos solos: Paco de la Torre fue vital, Zambrano lo fue, Teófilo lo fue, Cecilia Romo lo fue. Todo el Colectivo Transeúnte lo fue. Y claro: los más valiosos, los que hicieron el trabajo rudo, casi 20 alumnos de las tres instituciones. Organizamos un Encuentro que será para las cuatro escuelas más importantes de Jalisco, un encuentro que será para ti y para los tuyos, un encuentro que será para el teatro. Nos desvelamos, trabajamos día y noche para lograrlo, y sin recibir un solo peso a cambio (ya expliqué lo del presupuesto atrás).
Sí tengo unas verdaderas intenciones que deben ser desenmascaradas: la intención de que el teatro de Jalisco sea mejor que nunca, que los alumnos estén mejor preparados, que los que hacemos teatro nos conozcamos más, sepamos hacer mejor las cosas; que los que quieren hacer teatro tengan las mejores herramientas en sus manos. Por eso abrimos una escuela y no un foro. No nos interesaba presentarnos: nos interesaba brindar la posibilidad, a los casi 500 alumnos que son rechazados de la universidad pública cada año, de formarse profesionalmente.
Espero que esto ayude a solucionar tus dudas, a tener mayor claridad respecto al evento y a cómo sucedieron los acontecimientos. Pero sobre todo espero que esto te motive a asistir a los eventos, a encontrarte con otros estudiantes. Dices que perteneces a una teatralidad que se apoya, que se ayuda. Ven, pues, a conocer a otros que también pertenecen (pertenecemos) a esa generación. Qué importa si lo organiza éste o el otro. Lo más importante es que el convivio ocurra, que, en palabras del maestro Dubatti, es el centro de toda la teatralidad.