Las tres brujas de Mendoza
La primera vez que vi Mendoza, de Los colochos teatro, fue en la Muestra Estatal de Chihuahua. Al inicio pensé que era una adaptación de Macbeth al mundo del narcotráfico, donde también utilizan términos como teniente y soldado. Ahora la he vuelto a ver en el FITEA, en Morelia, y aunque ya sabía que se ubicaba en la Revolución Mexicana utilizando incluso nombres de caudillos reales, durante el transcurso de la obra yo pensaba en las autodefensas.
La multiplicidad de lecturas se estimula por cada elemento de la puesta en escena que está jugando constantemente en diferentes niveles de ficción. Desde el vestuario hasta el lenguaje y las formas de hacer más o menos presente el texto de Shakespeare en diferentes momentos y la forma de involucrar al espectador crean un complejo tejido que dice a la vez «esto no pasó en la Revolución, esto es Macbeth» y «esto no es Macbeth, esto está alrededor nuestro». Sin duda es parte de la potencia de la obra y una de las razones por las que ha tenido tanto impacto en los públicos.
En la adaptación de Antonio Zúñiga y Juan Carrillo se recuperan las escenas más emblemáticas de Macbeth, pero las más entrañables y mejor logradas son las brujas y el portero. El portero en la obra de Shakespeare hace la función de coro y es un espacio de distención en la trama, en Mendoza la portera, es también la nana de Lady Macbeth interpretada por Erandeni Durán que a la vez de comedia teje la conspiración con amor y miedo.
Las brujas, es siempre un agasajo para directores y actrices y esta no fue la excepción, aparentemente condensadas las tres en un solo personaje, Mónica del Carmen interpreta un oráculo rulfiano. Y digo aparentemente, porque sí hay tres brujas en Mendoza, la enmascarada, la gallina y Lady Macbeth quien no solo invoca conjuros sino que es la misma actriz, Mónica del Carmen. Una bruja que la vez son tres y una, como la obra.
28 febrero, 2016 @ 12:56 am
Gracias, al fin una flor de ese jardin. jajaja (ya veo la respuesta venir) jajaja (abrazo, Alejandra)