Caín: Del libro a la escena.
El pasado lunes 6 de julio a las 18:00 hrs. dio por iniciada la 24 Muestra Estatal de Teatro en Chihuahua.
Tras la inauguración oficial del festival, se llevó a cabo una charla-conferencia con la crítica y periodista teatral Alejandra Serrano, quien habló sobre el panorama del teatro en Chihuahua a nivel nacional –cabe decir que no estamos tan mal–. Terminada dicha charla, la primera función estuvo a cargo del grupo Noralab S.C. de ciudad Juárez, con la obra Caín, bajo la dirección de Fabián Villalpando.
La joven agrupación Juarense hizo presencia en la muestra estatal del 2013 con un prometedor trabajo experimental que surgió de una buena idea pero que a fin de cuentas no terminó de concretarse. Por mucho tiempo no se supo más sobre aquellos jóvenes –al menos no en la capital– hasta ahora.
En esta ocasión pudimos ver un trabajo mucho más maduro que el de aquel entonces pero sin perder el carácter experimental, que parece ser el sello del grupo.
La puesta en escena es una adaptación del texto de José Saramago. Personalmente, no he leído el libro, pero pude escuchar comentarios de aquellos espectadores que sí lo conocían y llamó mi atención particularmente que alguien mencionó: “más que adaptación, es una amputación”.
Me pareció un comentario un tanto fuerte, sin embargo me hizo preguntarme: ¿En qué consiste una adaptación? ¿Cómo llevamos algo de un formato a otro y lograr que funcione?
Hace algunos días reflexionaba con un maestro la diferencia entre la narración propia de una novela y la narración en el teatro.
La diferencia es que la primera funciona para ser leída directamente del libro y entenderse y disfrutarse de ese modo, mientras que en el teatro, hay que pensar siempre que lo que está escrito es para leerse en voz alta.
Con la reciente aparición del término Narraturgia, pienso, se ha generado un malentendido respecto a lo que conlleva el teatro narrado. En principio, todo teatro es anecdótico, narrativo, sin embargo, no todo texto narrativo puede funcionar del todo en la escena.
Considero que esto tiene relación con el comentario de aquel espectador: no es que el texto de Saramago no funcione teatralmente, es que requiere una verdadera adaptación y no una disección, como creo que ocurrió en este caso.
Con un inicio pesado arrancó la puesta, la actriz, con sus múltiples desdoblamientos dio voz a los distintos personajes que en Caín conviven. Poco a poco los espectadores entraron en el juego, aliviando la pesadez inicial y disfrutando a fin de cuentas del convivio teatral.
Ojalá volvamos a ver a la agrupación en más ocasiones y poder ser testigos de su evolución.
9 julio, 2015 @ 10:37 pm
¿Pero cómo vas a saber si es una verdadera adaptación o «disección» si no has leído el texto de Saramago? Creo que antes de aseverar ese tipo de afirmaciones primero se debería tener un conocimiento sobre el texto.
10 julio, 2015 @ 9:45 pm
Lo que no menciona la autora de la nota, Valeria, es que tuvimos oportunidad de platicar con los integrantes del grupo y ellos comentaron cuál fue el proceso de la adaptación y estas son sus conclusiones con toda la información que ella tiene