Los puntos, las comas y el canú de Mario Cantú
No pude detener los elefantes y Un tigre me persigue son dos obras cortas basadas en los poemas de Carmen Albardín y Jorge Cantú, ambos regiomontanos. Los actores, que aún cursan diferentes semestres de la Licenciatura en Teatro de la UABC, dan vida a la narraturgia del autor, también regiomontano. Las horas extracurriculares que tuvieron de ensayos los pone en un nivel que sobrepasa lo estudiantil.
En estos montajes observamos personajes alegóricos: Los elefantes que representan al sistema político de gobierno, las grandes empresas, los tecnócratas. Invaden una ciudad integrando sus reglas y costumbres, incluso deciden la manera de hacer arte y qué pueden leer o comer los habitantes, todo depende del “canú” que tenga la pieza.
Jorge tiene un tigre, “con sus puntos y sus comas” que lo acosa en todo momento. Éste animal es la alegoría de los excesos, adicciones, vicios, etc., que pueden llevar a una persona a la autodestrucción.
Menos es más, la falta de presupuesto en este caso alimenta la creatividad. A pesar de ser la primera vez que se presenta con una iluminación de 42 cambios de atmósferas, el equipo se adaptó al nuevo elemento. Ambos montajes son minimalistas, tienen un juego escénico ágil.
En Los elefantes construyen diferentes espacios con tres sillas y una mesa. El uso limitado de recursos conforman un estilo que da oportunidad a un lenguaje corporal que resalta junto con la iluminación de Blanca Forzán.
Muchas veces no estamos de acuerdo con las reglas nos imponen en el trabajo, por ejemplo, lo dejamos pasar, nos acostumbramos a que los adinerados tengan el poder y tomen decisiones sobre nuestro estilo de vida, hasta que nos invade el conformismo y el sistema evoluciona en tiranía. En la ficción los elefantes abandonan la ciudad, pero en la vida real el régimen crece al grado en que ellos deciden si vives o mueres.
En Un tigre me persigue la corporalidad es lo más atractivo, logran imágenes que generan sensaciones de enclaustramiento, asecho, sensualidad, sonidos que producen ansiedad y una poesía melancólica, desesperada. Este montaje es de mis favoritos, por la sonoridad y la destreza corporal de los actores que nos sorprenden con acrobacias sencillas. Los golpeteos de sus pies contra el piso, manos que suben y bajan los cierres de las chaquetas de cuero, los tres actores se unifican para crear a la bestia.
Después de este trabajo que surge desde el resultado de una clase, los actores y actrices: Yoall Morales, Daniela Pérez, Ramses Calderón y Miriam García no pueden permitirse presentar algo de menor calidad actoral.