Piden destitución de la Directora de Cultura en Xalapa
Durante los últimos meses, los artistas en Xalapa, principalmente aquellos que basan su trabajo en el espectáculo público, y muy en especial los hacedores del llamado teatro independiente, se han estado organizando y han buscado un diálogo con las autoridades para reclamar, con justa razón, los cambios al Código hacendario del municipio de Xalapa, el que en sus últimas reformas afecta gravemente el hacer del teatro independiente y el de artistas callejeros en nuestro municipio y, particularmente, con efectos en la zona urbana del mismo.
En una última reunión, algunos de estos artistas intentaron dialogar con la señora Noemí Brito Gómez, encargada del área de cultura municipal. El diálogo no pudo prosperar pues la señora en cuestión, o mintió a los artistas o desconoce su trabajo, pues insistió en que los cambios en el citado código hacendario no afectan el quehacer de nuestros artistas. Tan estéril resultó querer dialogar con esta funcionaria, que el mismo alcalde tuvo que intervenir y programó una reunión con los artistas para atender este punto, reunión que está programada para este miércoles.
Cualquiera que entre a la internet, en cinco minutos puede tener el código hacendario anterior y el código con las reformas que actualmente nos rige. Y en otros cinco minutos, al compararlas, específicamente en los artículos referidos a la publicidad, encontrará que el artículo 206 no gravaba y ahora grava, la publicidad por una serie de acciones que son naturales a la promoción de nuestros espectáculos. De hecho, siete de los catorce incisos del párrafo segundo de dicho artículo, se refieren a gravar los medios a los que tradicionalmente recurre el teatro independiente para llevar público a sus espectáculos. No es necesario tener un título en leyes para encontrar esto, basta con saber usar una computadora y dedicarle diez minutos al tema.
Pero el asunto no está en si Noemí Brito sabe usar la computadora, que debería. El asunto no está en que los artistas se manifiesten ante estos cambios en el código, que es natural y necesario que lo hagan. El asunto de fondo es que tenemos una responsable de cultura del municipio que demostró y hasta afirmó no conocer a los artistas, a quienes debería por lo menos conocer si tan solo leyera los periódicos, y a quienes su trabajo obliga a, más allá de conocer, entender. De hecho, no tengo ni la más remota idea de quién sea o qué haya hecho esta señora Brito, pero no es mi trabajo, y el de ella si es saber quiénes somos nosotros. Si Noemí Brito manifestó en la reunión mencionada no saber quién es Paty Estrada, es porque ni siquiera está enterada que la maestra Estrada es directora de una de las dos únicas obras de teatro xalapeño que el año pasado fueron seleccionadas para participar en la Muestra Nacional de Teatro, y es además, la directora del espacio desde el que se gestaron estos dos montajes teatrales.
Debe saber la señora Brito, y como no sabe se lo digo aquí, que no necesitamos a alguien en su puesto que nos mienta, desinforme y desconozca; necesitamos a alguien que entienda la importancia que tienen para nuestra localidad los hacedores del teatro independiente y que pelee por mejorar nuestras condiciones de trabajo. Y los artistas en Xalapa, no deberían estar peleando porque se estén restringiendo sus posibilidades de trabajo en la entidad, deberían estar peleando porque estas mejoraran, porque el municipio apoyara a los artistas más allá de, cómo ingenuamente afirmó Noemí Brito, “poner tarimas”.
Siempre me resulta incómodo y hasta vergonzoso recurrir a los datos económicos para defender la importancia del teatro independiente en nuestra localidad, porque una ciudad sin arte es algo triste, y una Xalapa sin arte solo sería una concentración obscena de burócratas y comidas corridas. Obviamente, la señora Brito no sabe que varios de los artistas que intentaron dialogar con ella representan el pasado, el presente y el futuro inmediato del teatro nacional y llevan orgullosamente el patronímico “xalapeño” por todo el país y el extranjero. Obviamente no tiene ni la más remota idea que las políticas municipales de la cultura en Xalapa, incluso antes de las reformas a la ley, son causantes directas de la gran fuga de cerebros que tiene esta localidad, que desde la universidad y sus grupos artísticos forma artistas de primer nivel internacional que terminan en buena parte buscando en otras entidades condiciones más favorables para su trabajo. Siempre, pues, me es incómodo recurrir al tema económico como defensa del teatro, pero parece necesario hacerlo, porque, obviamente, la señora Brito no tiene ni la más remota idea de que los hacedores de teatro independiente generan ingresos para la entidad, obtenidos de recursos federales e ingresos por ventas de espectáculos en México y el extranjero, de entre cuarenta y sesenta millones de pesos al año. Dinero que entra fresco a Xalapa y se queda circulando en nuestra economía. Y estoy hablando solo de hacedores teatrales.
Tampoco sabe Noemí Brito que, justo con los medios que ahora gravan a los artistas por promover sus espectáculos, estamos supliendo una acción que el municipio no cumple: estamos formando públicos. Porque todo el esfuerzo que hacemos para llevar público a la sala se traduce en salas con de veinte a cuarenta espectadores por función, por lo que a veces gastamos más en publicidad que en lo que recibimos en taquilla, pero lo hacemos y lo seguiremos haciendo, con o sin autoridades municipales, porque sabemos que a la larga, muy larga, este esfuerzo redituará en tener más público teatral en nuestras salas.
Esto me lleva a tres propuestas muy sencillas:
Primero. Exigir la renuncia inmediata te la señora Brito del área de cultura municipal y que sea contratado alguien con mayor entendimiento del quehacer cultural en la entidad. Encontrar a alguien así, con los antecedentes de esta señora, no será difícil.
Segundo. Que se enmiende nuestro código hacendario en el artículo 147 y el 206 con una excepción para los espectáculos teatrales que se presenten en foros de menos de 120 espectadores y boletaje de menos de 3 salarios mínimos, que son los foros en los que naturalmente se presenta el teatro independiente y los precios en taquilla, así como se exima a aquellos espectáculos callejeros que no requieran de una tarima ni equipo de sonido estacionario.
Tercero. Que se abra una mesa de diálogo entre las autoridades y los hacedores del teatro independiente para buscar que, por primera vez en su historia, el municipio de Xalapa asuma sus compromisos para el teatro independiente y reconozca en los hechos que el teatro de Xalapa es un embajador de Xalapa en México y el mundo.
¿Más claro?