Festival de la resistencia
Después de nueve emisiones del Festival Internacional de Teatro Carmen (Fitca), hoy, que se cumple la décima edición y aprovechando que amanecimos entusiasmados, debemos confesar que en el fondo de nuestros corazones creativos, entendimos que éste es un Festival de la resistencia.
Resistencia a la apatía, a la desvirtuada idea de cultura, a la burocracia. Resistencia a la actitud condescendiente que únicamente ofrece tortas y juicios morales. Resistencia, a las estadísticas, pues ellas nos dicen que hay más bares y cantinas que espacios culturales. Resistencia, sin duda, a todo aquello que nos han negado pero, sobre todo, al no por respuesta.
Y decimos que somos resistentes, no porque para crear este Festival apostamos desde la camisa hasta el chocolate o por las jornadas exhaustivas que todos los involucrados hemos tenido que sortear, sino porque tuvimos que luchar contra algo peor: contra el sistema, contra el poder, contra el proceso que implica persuadir a las autoridades de apoyar, en tiempo y forma, un festival de la magnitud del Fitca, el cual, humildemente, sólo busca generar espectadores más críticos de su entorno social.
Somos bien necios, más necios que el Quijote, aunque hubiéramos preferido luchar contra molinos —que al final de cuentas eran caballeros— que contra la doble moral, la demagogia o la reducida idea de cultura.
Pero no somos los únicos, sin duda, las 15 compañías de teatro que se presentarán durante el Festival también se volvieron cómplices, al igual que ustedes, estimados y nunca bien ponderados espectadores, pues no están ustedes para saberlo pero nosotros sí para aclararlo que los recursos económicos que hicieron posible este Festival vienen de sus bolsillos. Gracias por pagar sus impuestos, este gesto, los decimos ahora, es invaluable.
Algo de seductor debe tener ser necio, pues hace que un grupo de inconformes se organice y cree, digamos, una asociación civil, y supongamos que se llama Artes Escénicas Rayuela, pero la cosa no para aquí, los inconformes deciden difundir, formar y exponer todo aquello que tenga que ver con el teatro. Y luego crean un Festival y descubren “que la vida es sueño y que los sueños sueños son” y por tal motivo —Quevedo lo sabía— se puede soñar despierto.
Este Festival es nuestro sueño, y como no somos egoístas queremos compartirlo con todos ustedes.
Gracias a todos los que hacen posible el Festival Internacional de Teatro Carmen (Fitca) 2015, tanto a las autoridades que sí nos apoyaron como al público, a los actores, a los voluntarios, a los técnicos, a los medios de comunicación, a las butacas y al escenario, a las universidades, a Artes Escénicas Rayuela y a todos aquellos que esta noche vinieron a soñar con nosotros el festival de la resistencia.
Fitca 2015
Gabriela Bustos Vadillo