Un colectivo llamado Teatro
Renato Becerra Dueñas
El pasado viernes 5 de diciembre en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, se llevó a cabo la conferencia Diálogo entre dramaturgos de Latinoamérica que contó con la presencia de Manuela Infante (Chile), Fabio Rubiano (Colombia) y los mexicanos Alejandro Ricaño y Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio: LEGOM. La ponencia fue moderada por la experta en artes escénicas, Lourdes González, quien para abrir el diálogo, propuso reflexionar sobre si hay algo que se pueda llamar dramaturgia latinoamericana, y cuáles son los abordajes comunes y las estéticas compartidas en caso de que esto exista.
Manuela Infante comentó que suele entender las obras como ensayos filosóficos más que narraciones o consecuciones de conflicto. También mencionó que en Chile hay muchos dramaturgos que trabajan con el texto entendiéndolo como sonido, “se habla de voces, de voces que no tienen cuerpo, de escenarios oscuros”.
Para el Alejandro Ricaño, Premio Nacional de Dramaturgia “Emilio Carballido” 2008 y Premio Bellas Artes Mexicali de Dramaturgia 2011, el teatro en la actualidad parte de dos corrientes: el teatro posdramático, espectáculo que se desarrolla desde la misma escena. Y un teatro que se escribe para ser leído, donde la escena no le interesa del todo. “Sí hay estas líneas en los países más representativos de la dramaturgia latinoamericana: Argentina, Colombia, México y Chile; sí compartimos temas y formas”.
El colombiano, Fabio Rubiano, señaló que es muy complicado decir que existe un teatro latinoamericano de manera generalizada, “como es muy difícil decir que hay un futbol, una medicina o una música latinoamericana”. Comenta que los textos se centran en expresar situaciones de dolor, de opresión, de dificultades económicas, pero también se empieza a contar otro tipo de historias que no contienen hechos de crueldad y violencia.
“Cada vez está más divorciada la escena del texto dramático. La escena va tomando más consciencia de la escena y está dependiendo menos del texto. La dramaturgia seguirá existiendo porque es una manera de pensar el mundo que no requiere necesariamente de un montaje, ha sido durante 2500 años el principal modelador de las ideas que tenemos sobre el ser humano”, señaló el reciente ganador del Premio de Dramaturgia Juan Ruíz de Alarcón, LEGOM.
Lourdes González propuso comentar sobre la relación que existe entre las series de televisión y la dramaturgia, si son compatibles como formas de narrar historias. Rubiano considera que hay una recuperación de aspectos teatrales, como la construcción de personajes, estructuras paralelas, alteración de tiempo, etc. La televisión está interesada en las personas que saben escribir sobre esto, “muchos escritores de series son dramaturgos, algunos escriben poco teatro y no sé por qué, quizá prefieren 200.000 dólares a 1000”.
Ricaño mencionó que se está perdiendo la experiencia colectiva y es por esto que las series y las descargas están teniendo auge actualmente: “Cumplen con la experiencia individual y con la recontextualización de las historias. En ocasiones son clases de construcción de personaje, de formas dialogales. Los mejores guionistas, los mejores directores ya no están en el cine, están en las series por ese extraño motivo que les pagan más”. Para LEGOM, la diferencia entre las series de televisión y el teatro está en que “las personas que se juntan para ver teatro son un colectivo; las series lo que hacen es todo lo contrario…nos dispersan”.
Sobre los hechos de violencia que se viven en el país y si el teatro debe asumir una posición que lo exprese, Alejandro Ricaño formuló la siguiente pregunta: “¿Le corresponde al teatro contar lo que todo mundo sabe y otros medios lo hacen de mejor manera?”
Esta conferencia tuvo una duración de poco más de una hora con una considerable afluencia de público. No faltaron las risas provocadas por algunas anécdotas de Ricaño y el sentido del humor que caracteriza a LEGOM.